Bodega Chayee Bourras. Diario de Viaje San Rafael.

Un poco retrasados en el horario pautado, un poco cansados de tres visitas a bodegas enriquecedoras y extenuantes, llegamos montados en nuestra combi a Bodega Chayee Bourras la noche del segundo día de viaje por bodegas del Oasis Sur.
Bodega Chayee Bourras es una perlita que merece ser conocida por cualquier enófilo que guste de ver lo que una bodega "boutique" puede llegar a ser.



Arranca la curiosidad con que se dedica solo y solamente a la producción de vinos hechos en base a la cepa Bonarda. Las uvas provienen de fincas propias ubicadas en la Distrito Cuadro Benegas, en la parte más al Oeste y al Sur de San Rafael, casi llegando a su límite. Son viñedos de unos 40 años de antigüedad que crecen al pie de la Sierra Pintada, a unos 800 metros sobre el nivel del mar.
Su producción se exporta casi en su totalidad. Queda en el mercado interno una porción muy pequeña para consumo de muy pocos afortunados que logran dar con una de sus botellas que lucen unos simpáticos búhos en su etiqueta.


La bodega está dentro de un edificio de estilo antiguo, con altos techos a dos aguas, pero adentro aguarda la siguiente sorpresa. La bodega es un pequeño y pulcrísimo laboratorio productor de vinos, donde todo está en su lugar, brillante y extremadamente higiénico. Los tanques de aluminio se alinean en perfecta hilera a cada lado del lugar. En el centro, unas diez barricas contienen el vino estacionándose. No hay nada fuera de lugar. No hay olores extraños ni nada tirado. Reluciente e higiénica, es para quedársela contemplando un rato largo.




Una capacidad total de producción de unos 50.000 litros de vino anuales. Una escala pequeña y humana, pero con tecnología de punta.
Llegamos hasta aquí invitados por Federico Basso, sommelier y docente de la carrera en la ciudad de San Rafael, con quien compartimos la mesa, nos ayudó con sus conocimientos de la zona y a quien le debemos la palabra "Armonía" con la que volvimos como idea general de lo que el vino Sanrafaelino es en esencia.
Fue un menú por pasos preparado por Jose Pedro Gomez, el enólogo y además chef de la casa. Mas completa imposible la experiencia.
Bodega Chayee Bourras produce tres etiquetas, que fueron probadas en sendos pasos de la cena.
Ahí va los pareceres.


Arrancamos con el Chayee Bourras Bonarda Clásico 2012. Esa es la añada que está en el mercado en éste momento. Seis años de maduración hasta ver la luz en su estado óptimo. Y así es que nos encontramos con un vino completamente vivo, sin signos evidentes de evolución. Con un color brillante y vivo. En nariz expresando frutas frescas y toquecitos como a té negro. Directo, fresco, maduro, vivo. con una rica acidez viva y frutada en boca. Buena persistencia. Es un vino que funciona mucho mejor cuando está más bien frío. Muy rico bonarda, franco y disfrutable.


Para acompañar el plato principal probamos el Chayee Bourras Bonarda Reserva 2012. Este tiene un paso importante por barricas. Se nota la mediación de la madera en recuerdos lácticos y como a tabaco. Frutas maduras, como mermeladas tambiénn acompañan. Aunque parezca exagerado dado la añada de la etiqueta, da la sensación que un tiempo más en botella le vendría muy bien para terminar de redondearlo. En boca tiene un volúmen importante, la misma fresca acidez de su hermano Clásico y una rugosidad tánica que lo hace un poco más complejo. Es un muy buen vino en su estilo.

Finalmente acompañamos el postre con el Chayee Bourras Rosado, o Buhonarda como reza su etiqueta. Es un vino Rosado y dulce. Complejo en nariz. Recuerdos florales y dulces. A miel y a lavanda. Se siente un espárrago fresco también. En boca es untuoso y rico, sin llegar a ser empalagoso. Es fresco. Tiene un toque como ahumado muy interesante. Un muy rico y diferente vino dulce como para  no perderse.




Probamos de barricas, dos experimentos que están llevando adelante en la bodega. Un Amarone y un vino fortificado al estilo de Oporto. Ambos fueron probados en el estribo, ya con un pie en la combi, así que no da para describirlos demasiado técnicamente. Simplemente recordar lo complejo y elegante del Amarone y lo bien que va evolucionando el Oporto.

Volvemos con ganas de recuperar fuerzas para seguir el viaje al día siguiente y con la seguridad de que encontrar ésta perla enológica nos ha enseñado mucho sobre lo que se puede hacer en pequeña escala pero con gran calidad.

CONTINUARA...

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