Vino en Vinerías. Visitamos Wine Garden.

Estuve en una de las mejores degustaciones del año el martes 17 de Abril pasado, en los festejos del Malbec World Day en la vinería Wine Garden de cerca de casa, en la zona bien al Oeste de Rosario sobre Avenida Jorge Newbery. Charlando con el Capitán, quedamos en que había que visitar la vinería, ya que él no la conocía y de paso, nos tomábamos unos vinos con Matias Gallucio, uno de los más destacados sommeliers rosarinos. 
Quedamos en ir un Miércoles, como para cortar la semana. Lo convencí de tomarnos un Seminare, que era uno de los vinos que me había sorprendido de la degustación. 
Y la visita estuvo tan buena que dió lugar al nacimiento de una nueva sección de éste humilde blog vinífero. 
Vino en Vinerías. 
Las vinerías suelen dedicarse solamente al expendio de vino, pero casi todas ellas tienen algún tipo de instalación destinada a catas. Entonces pensamos que, si es que somos bienvenidos en un futuro, podríamos ir por éstos reductos viníferos tomando algunos vinos que no conozcamos, o que nos interese probar, y de paso charlar con la buena gente que hay en el mundo del vino. Y quizás pongamos un pequeño granito de arena para que esa práctica pueda ir desarrollándose, porque nada mejor que tomarse una copa de vino en una vinoteca y de paso charlar con el vendedor, que es quien nos va a guiar al fin de cuentas en nuestro conocimiento del vino. Salió justamente en éstos días una nota en un re-putado diario de tirada nacional, donde se destacaba el nuevo rol de educadores que van tomando los vinotequeros. Ante tanta oferta de etiquetas, es el vinotequero el que al fín de cuentas, va educando de a poco al consumidor para guiarlo en sus compras. 


Entonces volvemos al Miércoles 25 de Abril de 2018. Matias nos recibió con su característica sonrisa y tenía ya listas las copas para entrarle a un par de vinos elegidos con antelación. 
Arrancamos con el Cordisco de Proyecto Las Compuertas de Durigutti Wine Makers. Un vino con un color muy llamativo y delgado. Un poco tánico y con un recuerdo láctico que salía al comer algo. Aromáticamente muy poquito frutado y no mucho más. Vino austero en nariz y con una acidez muy punzante y un poquito tánico en boca. 

Para después teníamos el plato fuerte. Tomamos un Seminare Malbec 2012 del Proyecto Gen del Alma de "el otro" Michelini como se hace llamar Gerardo en redes sociales y Andrea Mufatto . Creo que el secreto de éste vino es la delicadeza. Es sutil. Quizás debimos haberlo decantado un tiempo más largo y se hubiese terminado de expresar completamente. Pero lo que queda al tomarlo no son grandes emociones, sino la extraña certeza de que se está ante un gran vino. Es fino, no tan expresivo aromáticamente. Si especiado, mineral, con recuerdos a arándanos. En boca es una seda (diría un teñido DT), muy fino y al que hay que prestarle atención. Tiene una buena estructura y una acidez fresca. No va a ser ese vino que te atropella. Es más bien para dejarlo hablar en voz baja, susurrandonos lo que tiene para decir. Y se disfrutará en todo su esplendor en su estado apacible. 

Matias nos habló maravillas de el Otra Piel del mismo proyecto y abrimos una botella como no podía ser de otra manera. A diferencia de el anterior, el Otra Piel 2015, corte de Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon y Pinot Noir y es un vino pornográfico (al decir del compañero de AWB Francisco Rivero Segura). Vino voluptuoso, pesado. Muy aromático, pero como esas personas que exageran con el perfume cuando salen. Muy fuerte aroma a pimientos verdes. Pimienta blanca en un momento tan fuerte que parecía que picaba y todo. Después frutas bien maduras. En boca enorme y dulzón, un poquitín empalagoso y muy largo. Si el Seminare era un susurro, el Otra Piel es un grito de alegría. Cada uno en su lugar, muy bien los dos. 

Pero como con el Capitán nunca tenemos basta, tuvimos que abrir un cuarto vino y fue el Owl & the Dust Devil de Finca Decero corte de Malbec, Cabernet Sauvingnon, Tannay y Petit Verdot y fue toda una sorpresa. Vinazo. Al estilo nuevo mundo, con mucha madera y mermeladas de ciruelas y frutillas en su esplendor. Con toques especiados y de tabaco y manteca. Con una voluptuosa intensidad en boca y una textura mantecosa, casi masticable. Aplauso para otro vinazo. 

Terminamos la visita a Wine Garden agradeciendo la buena onda a Matias Gallucio en particular y a la gente de Rosario Doc en general, que siempre nos tienen en cuenta en las cosas que hacen. 
La vinería está muy buena. Si andan por la zona de Aldea y necesitan un vino, no duden en parar en éste bonito local, y recuerden que tienen vino por copa para degustar. No se la pierdan. 
Veremos si ésta sección sigue. Ganas nunca nos van a faltar. 
Salu la barra y hasta la próxima. 


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