Altaland. Vino Argentino para el mundo.

Me acerqué a Catas de Garage el Miércoles 4 de Abril de 2018 con suma curiosidad. Las etiquetas del proyecto Altaland andan pululando por la web en su llamativa forma y no sabía bien de qué se trataba.  El apellido Catena ronda el proyecto y también eso atrae. Buscando información por internet encuentro una página escrita en inglés, casi nada en castellano. Voy con la sola información de que son vinos de diferentes zonas de la Argentina.

Con mi pobre mochila de conocimiento entro en CdG que está explotada de gente. Las catas de nuestro amigo El Sommelier del Pueblo son cada vez más multitudinarias. Dirige todo Cristian Arias con su particular estilo y nos acomodamos codo a codo en las mesas frente al sommelier.
Una imágen aparece en el televisor de la casa. "Casa Pirque" dice.
Casa Pirque que se dedica a vender entre otras cosas en el exterior, la línea Altaland de vinos de Catena Zapata.
Producidos en Bodega Esmeralda, y con uvas provenientes de fincas propiedad del grupo en diferentes zonas geográficas argentinas, es una especie de muestrario de cómo se da cada cepa en cada zona y, de alguna manera, una forma de decir que Argentina no es sólo Malbec y que tiene mucho para dar.
Entonces, vinos de Catena Zapata, de diferentes zonas y cepas, para exportación.
Antes de pasar a cada vino, me gustaría hacer una caracterización general, confirmando mi conocido desorden mental a la hora del relato.
Al volver a casa esa noche escribí en alguna red social que me parecieron "vinos prolijos, ricos, muy característicos en cada varietal. Tomables, perfil de vinos frescos y ágiles, sin demasiada concentración. Un poquitín impersonales y disfrutables".
Lo más llamativo de la línea es que cada uno de los varietales son muy "de manual". Es decir que expresan muy claramente lo que da cada cepa en nuestro país.  Eso ya es un punto a favor. Lo siguiente es que todos son vinos prolijos, sin defectos a la vista y con una muy cuidada elaboración. Por otro lado, esa prolijidad hace que sean un poco "neutros", es decir sin estridencias ni búsquedas extrañas o personales. Probablemente no deslumbraran ni dejarán una huella imborrable en la memoria, pero tratándose de productos destinados a la exportación, no es llamativo que esa sea su personalidad. Finalmente señalar el perfil de esos vinos. Tienen su paso por madera, pero casi que no se nota. O se nota en su justa medida. No hay grandes concentraciones ni mermeladas en exceso. Todos tienen una acidez fresca y bebible. Todos tienden a ser ágiles y frescos. También ahi hay una personalidad y tampoco es poco.
Es como ver un documental del vino argentino hecho por argentinos, pero para público extranjero. Y expresa bien lo que el vino es por éstas tierras.
Nos informa Cristian que el precio sugerido de toda la línea es $ 325. En algunos parece un poco elevado, en otros está bien. Como en cada caso, el que evalúa la RCP termina siendo finalmente el consumidor. Yo me traje dos botellas a casa y quedé conforme con el precio pagado, al final de la nota develaré el misterio.


Arrancamos el viaje por los diferentes terruños argentinos por las alturas de los Valles Calchaquíes, allí, del árido e inhóspito Cafayate provienen las uvas que hacen el Torrontés Altaland 2016 que se sirve como primera copa de la cata.
Es llamativo su color. Practicamente transparente. Clarito, casi un agüita. En aromas es muy floral. Jazmines muy llamativos y uva moscatel básicamente. Aparece un poco de durazno blanco en boca, pero no demasiado. Tiene una acidez plácida y un dulzor inicial. Fresco y sin demasiadas estridencias, es de los Torrontés "amanerados" que andan ultimamente en el mercado local.
En resumen, color llamativo, buena nariz, boca podria ser mejor.


Hacemos un salto en el mapa hacia el Sur, directamente a La Pampa, en la zona de Casa de Piedra donde el grupo tiene noveles fincas en las que puso grandes esperanzas. De la  margen perteneciente a la provincia de La Pampa del dique del Rio Colorado.
Allí crecen desde hace unos cuatro años las plantas de Pinot Noir que dieron la uva para hacer el Altaland Pinot Noir 2015 que degustamos a continuación.
Tiene un color muy característico de Pinot. Aromas a mermeladas de frutos rojos muy chiquitos. Tiene un toque terroso y algo floral. Interesante en nariz. En boca tiene una acidez punzante y directa. Es un poquitín astringente y expresa alguna fruta muy austera.
En resumen. Lindo color. Buena e interesante nariz. Boca prometía mas.


De La Pampa vamos al centro vinícola argentino. De Mendoza, nos presenta Cristian el Altaland Tinto Histórico 2016, designado como Malbec-Verdot. Blend de la cepa nacional y la Petit Verdot, que intenta reflotar la idea de vino de corte tradicional argentino.
Vino machote, oscuro, de aromas "a vino" sin demasiadas vueltas. Un poco herbáceo y con recuerdos de madera. Hay una porción de la concurrencia que aplaude su aparición. En boca es muy robusto y dulzón. Con una buena acidez y sin demasiadas vueltas de tuercas. "Corta la bocha" diría algún mediático, en el sentido que no tiene demasiados relieves ni complejidades, pero también es cierto que hay ocasiones en las que no hacen falta.
Color oscuro, nariz austera, boca potente.


Y de Mendoza, volvemos a La Pampa para ver cómo se da la Merlot. El Altaland Merlot 2015 está buenísimo. Muy buen color llamativo y brillante. En nariz es una belleza. Aromas a flores un poco marchitas, mezclados con mermeladas de frutillas y un toquecito a vainillas dulces. En boca tiene un tanino redondo y suave, un poco dulzón y delicado. Buena acidez, tomable, pero con una buena estructura, un poco empalagosa. Buena experiencia de la cepa y muy buen vino.
Color llamativo, nariz muy buena, muy rico de tomar.


Y hacemos otro salto geográfico a La Rioja. Hace unos años Catena compró unas 200 hectáreas en el Valle de Famatina y allí se cuecen habas que darán que hablar. Encaramos ahora el Altaland Syrah 2015. Vino casi negro. Que al olerlo se sienten frutos negros, algo así como membrillos frescos y dulzones, acompañado con un toque especiado. En boca es dónde explota. Tiene una muy buena estructura. Se siente una carnosidad impactante. Parece que estuviesemos masticando una costilla bien grasosa. Una acidez bastante punzante pero para nada molesta y una frescura agradable. El vino es largo y disfrutable y deja un picor, como a pimienta negra en la boca.
Color muy oscuro. Aromas bien varietales, muy buena expresión al tomarlo.


Finalmente volvemos al principio del viaje y encaramos el Altaland Cabernet Sauvignon 2015 proveniente de Cafayate. Vino color rubí. Con aromas a pimienta blanca y pimientos verdes. En el que se siente la madera mucho más que sus hermanos de línea. Que es un poquitín alcohólico. En boca se sienten mucho más los pimientos. Es delicado y fuerte a la vez, pero me gustaría un poco más de potencia. .
Buen color. Nariz bien salteña. Boca un poco corto.

Finalizamos con unos sandwiches exquisitos que ya son marca registrada de Catas de Garage.
Buena experiencia con los Altaland y seguiremos por la ruta del vino chocando y chocando copas hasta que las velas no ardan.
Salute la barra.

pd: volví con un Merlot y un Syrah a casa para quienes no se dieron cuenta antes.

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