Carola Tizio en lo de Granado

Humedad, frío, hay algo de desolador en el estacionamiento del Fisherton Plaza Chic Mall. Corre un viento fresco que hace subir el cuello y hundir la nariz en la bufanda.
Adentro de lo de Granado sin embargo el clima es mucho más acogedor. Llego tarde, pero justo a tiempo para escuchar a Carola Tizio, la enóloga encargada de llevar adelante el proyecto vinícola de la Familia Vicentin. Vicentin Family Wines.


Hoy es jueves 23 de Junio de 2016 y a pesar de no encontrar asiento, de pie y con entusiasmo me dispongo a bucear en éste singular proyecto, rama muy pequeña de un monstruo de los negocios.
La Familia Vicentin se dedica a hacer aceites, a producir algodón, a llevar adelante un frigorífico y otras tantas y variadas actividades. Pero tiene una debilidad. Le gusta el vino. Así que poniendo esfuerzo y talento han emprendido la aventura vitivinícola.
Su primer cosecha es de 2010. Las uvas provienen de productores seleccionados especialmente en la provincia de Mendoza. No suelen dar demasiadas precisiones de locaciones específicas, aunque si uno las busca las encuentra. No hacen demasiado incapié en el concepto de "terroir" más bien quieren hacer el foco en los vinos en sí.
Y producen básicamente Malbecs.


Carola Tizio ha estudiado en California y allí empezó su carrera profesional. Con su característico tono mendocino nos va introduciendo en la idea que intenta llevar adelante.
Empieza distinguiendo dos tipos de influencias en las bodegas argentinas. Dice que por un lado está la escuela de Michel Rolland, francesa, que busca intensidad, concentración, altos grados alcohólicos y utilización preponderante de la madera. Por otro se enrola en lo que llama la influencia Americana, proveniente de California específicamente y con el enólogo Paul Hobbs como abaderado. Vinos más tomables, jugosos, menos concentrados. Buscando la tomabilidad antes que la concentración.
El nombrado don Hobbs estuvo en los inicios del proyecto que después quedó a cargo de Carola.
Se  le agradece la claridad conceptual y las ganas de explicar las etapas del proceso de producción. Para quien está interesado en el tema, escucharla es un gusto.


Hoy vamos a degustar el llamado "Quinto Elemento", una experiencia diferente. El Blend de Malbecs, una de sus etiquetas encumbradas, está compuesto justamente de diferentes vinos provenientes de diferentes zonas. La experiencia es que en una sola caja vienen embotellados  en forma individual y el producto final. Una deconstrucción del blend en sus partes individuales.
Y alla vamos.
Algunos son de la cosecha 2013, otros de la 2012.
Empezamos con el Vicentin Gen 2012. En nariz es muy floral. Las violetas están muy presentes. Además le siento una nota como a cuero y vainillas de su paso por madera. Es bastante tánico, pero sin mucha estructura. Se siente el cassis en un vino que se expresa bien. Carola cuenta que éste el el "más malbec de todos" indicando que es el que más se acerca a la tipicidad.
El segundo es el  Vicentin Robusto 2013. Lo que Carola llama "la carne" del futuro blend. Un vino que está formado por un 70% de Malbec y un 30 % de Cabernet Franc que se siente y mucho. Sobre todo en las notas a pimientos y aceituna negra con toques especiados. En boca es bastante tánico también, seca un poco y tiene el final amargo y especiado característico del franc. Dice la enóloga que éste es el vino que le va a dar carácter al final.
El tercero es el Vicentin Voraz 2012. Este tiene una fruta roja muy madura. Notas de chocolate o tostado. Se nota la madera más que a los demás. En boca tiene una entrada muy dulce y poca acidez. Muy tomable y rico pero sin demasiada estructura.
El cuarto, por último es el Vicentin Blackbone 2013. Es un corte de varias cepas. Es el más rústico de todos. Es el elemento que da el esqueleto o sostén a todos las demás partes del blend. Es áspero y rudo. Llena la boca a pura fuerza.
Por último tomamos el Vicentin Blend de Malbecs. Un vino muy disfrutable que al verlo en perspectiva tiene la nota floral del Gen, junto con la fruta gustosa del Voraz, el toque distinguido que aporta complejidad del Robusto y la potencia del Blackbone. Toda una experiencia de cómo es que se arma un vino.
Las perlas de la degustación fueron dos.
Primero el Vicentín Colosso 2012, un vinazo que lleva muy bien puesto su nombre. Un potente y riquísimo vino para disfrutar.


La segunda perla fue el Maldito, blend de Colossos en sus añadas 2011, 2012 y 2013. Aún decantado todavía estaba un poco cerrado al probarlo. Parece atesorar secretos intrincados que todavía no se han despertado..

Escribo éstas humildes líneas acompañado de otra botella de la bodega. El Blanc de Malbec 2014. Es uno de esos famosos blanc de noir o vino blanco hecho con uvas tintas. Se hace de manera que se le extrae el jugo a la uva tinta sin que después tenga contacto con el hollejo para así conseguir un vino blanco. Este debe haber tenido un mínimo contacto con la piel porque es de un color rosadito, como a cáscara de cebolla. Es muy aromático floral y frutado, a frutas tropicales como el mango. Además tiene un toque un poco herbáceo que lo complejiza un poco más. En boca tiene una estructura importantísima. Es muy grande y untuosos. Algo almibarado. Muy dulce entrada, agradable pasar y un final muy largo y con recuerdos florales al irse. De una acidez muy controlada y una untuosidad fresca. Evidentemente pasó bastante en barrica. Es un blanco que hace imaginar un montón de relaciones con comidas diferentes. Desde pescados a pastas, como entrada o postre, empanadas o preparaciones más elaboradas, carnes o verduras.

Salgo de nuevo a la intemperie y me acuerdo de la bufanda. Me voy con algunos conocimientos nuevos. Siempre se agradecen.
Eso es todo amigos!

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