Carinae con Gabriela Celeste en Canaima

Es mediodía de un día muy frío en la Chicago Argentina. Anoche estuve en Alta Gama y hoy fuí invitado por el amigo José Luis Ledesma a una exclusiva degustación y charla en Canaima, Espacio de Sabores, un lugar muy cálido sobre la calle Mendoza en el centro rosarino.
Carina es una de las constelaciones con más estrellas que se pueden ver. Atravesada por la Vía Lactea contiene a Canopo, la segunda estrella más brillante del firmamento entre otras maravillas estelares que son la pasión de don Philipe Subra, dueño junto a su compañera Brigitte de ésta Bodega boutique enclavada en Maipu, Mendoza.

Iniciaron el proyecto por el 2003. Luego de una primera y fallida vendimia realizada junto con un enólogo francés, decidieron hacerse asesorar por la consultora Eno.Rolland y fue así que tomó las riendas del proyecto la enóloga Gabriela Celeste que hoy se encuentra sentada frente a una distinguida concurrencia de profesionales del vino de Rosario para contarnos sobre sus experiencias en Carinae.
Una antigua bodega de Maipu reconvertida por una pareja de franceses a principios del milenio para hacer vinos a la manera del nuevo mundo. Algo así.
Gabriela Celeste habla al estilo mendocino, de manera pausada y con la tranquilidad de estar segura de lo que está haciendo. Cuenta que la bodega solo vinifica con producción propia de uvas. Que la mayoría provienen de la finca donde está situada, en Cruz de Piedra (Maipu), pero que también tiene dos fincas más, una en la famosa Calle Cobos de Perdriel, en Luján de Cuyo y otra más nueva en Chachingo, más al sur de la capital provincial. Cada finca aporta la suyo a cada una de las líneas de la bodega.
La producción comienza con una línea varietal de vinos jóvenes frutados, fáciles de tomar. Como desprendimiento de ésta línea aparecen los "Cuvee" tres cortes o blends o "Assamblages" como describe la propia bodega. Dos de ellos llevan los nombres de los dueños. Nosotros arrancamos la degustación con el Carinae Cuvee Philippe 2014, un corte en partes similares de Cabernet Sauvignon, Malbec y Syrah. Un extraño caso de blend en líneas jóvenes que escasean en las ofertas del mercado.
Es un vino bastante oscuro, que aparece en nariz con notas especiadas y a pimienta acompañando una presencia frutal importante, a frutas rojas frescas y maduras. Le siento un toque como mineral. Interesante nariz, En boca es también frutado y fresco pero con estructura media que llena. Se siente la madera en notas chocolatosas o avainilladas y un final algo picante. Un buen vino, bastante complejo y sobre todo en el rango de precios, es una extrañeza y una muy buena opción.

Subiendo en la línea, pasamos a la Harmonie.
Arrancamos con el Carinae Malbec Harmonie Finca Deneza 2013. Con uvas provenientes en su totalidad de dicha finca ubicada en Perdriel. Tiene aromas muy llamativos. Es muy aromático y complejo. Hay frutas, obviamente, dulces mermeladas de frutas rojas. Pero también hay eucaliptus o mentol que lo hace fresco, pero también un toque anisado que complejiza aún más. Y todo eso con notas florales muy fuertes.Y cuando todo ésto parecía  mucho aparecen notas chocolatosas. Y todo sobre una especie de cuero, o brett.  En boca llena intenso, goloso, pero con la nota floral muy presente. Es largo y con una acidez fresca. No es un vino fácil, al contrario. Es para dejarlo expresarse de a poco, tomarlo despacio, degustándolo. Dejarlo que cuente lo que tiene para decir. Pero de a poco. Esa complejidad, obviamente lo hace compañero de ciertas situaciones especiales de comidas que están rodeadas de tranquilidad y posibilidades de disfrutarlo como se merece.
En ésto de andar catando vino, una de mis experiencias favoritas se da cuando me enfrento a éste tipo de vinos. Esos que a primera impresión son algo, que después se va transformando en otra cosa y con el pasar del tiempo va haciendo aparecer notas que no estaban al principio. Muy buen vino para encararlo con paciencia.

Y seguimos subiendo la cuesta, ahora con la línea Hommage. El Syrah es una de las especialidades de la casa. Cuenta con una parcela de plantas de más de ochenta años en su finca de Maipu. Conducido en parral, a la vieja usanza, éste Syrah es tratado como se merece y de sus uvas nace el Carinae Hommage Syrah 2009. Tiene sus años y la evolución se va notando en la nariz. El mismo aroma a cuero del anterior lo siento en éste. Voy pensando en que es una búsqueda de la bodega. Se sienten notas frutales, como a cereza muy madura con especias. Gabriela cuenta que el Syrah en general y éste en particular le da la sensación de tener en la boca una pastilla cherryliptus, de esas cuadradas y rojas. La fruya roja y la nota llamada balsámica. Frescura y dulzor. Pero además éste vino pasó un tiempo bastante importante adentro de una barrica de madera. Y en boca se siente. Tiene una gran estructura, es potente y elegante a la vez. Fino pero con un músculo importantísimo. Se sienten las especias junto con las vainillas y un poco ahumado. Menos complejo que el Malbec, pero muy fino a su manera. Otro gran vino.


A esa altura apareció la comida. Fiambres y bruschetas. que prepararon la gente de Canaima. Una exquisitez para acompañar los vinos. De bruschetas de pera y queso azul a salames riquísimos. Un gran agradecimiento a los anfitriones que nos hicieron pasar un gran momento también.


Y junto a la comida vino otro malbec. El Carinae Hommage Malbec 2009. Más tradicional que el anterior. Un malbec más "de manual" con su fruta y su nota floral donde deben ir. Con la madera muy bien usada y con una elegancia que los años le han hecho ganar. Un muy buen vino.




Por último nos encontramos frente al tope de gama de la bodega. El Carinae Prestige 2008.Otro corte de Malbec, Cabernet Sauvignon y Syrah, pero en éste caso con preminencia de la cepa nacional y menores proporciones de las dos restantes. Los años transcurridos se sienten. Se aparece el paso del tiempo hecho aroma. Ese llamado bouquet. De todas maneras va siguiendo la línea de los anteriores. Hay también aromas ahumados, sobre todo. Ese frescor tipo eucaliptus y una presencia frutal todavía presente. Es un gran vino en boca. Largo que llena con su acidez muy tranquila pero presente y los dulzores de la evolución. Otro vino para tomarlo tranquilo, sin apuros ni interrupciones.


Terminada la degustación queda solo agradecer la invitación a don Ledesma y confirmar la calidad de la bodega. Y sobre todo la gratificación de haber escuchado a una enóloga que sabe lo que hace, hablar sobre los que mejor hace, que es hacer vino.

Hasta la próxima será. Salud.

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