Presentación Potrero Reserva Cabernet Franc.

Vuelvo despues de un tiempo en el que la vuelta a la "nueva normalidad" me pasó por encima como un vendaval. Y ahora que parece que está saliendo el sol, me siento nuevamente delante de la computadora a contarles lo que me parecen algunos de los muchos vinos que pruebo/degusto/cato. 

Hablando de "nueva normalidad", la que parece que llegó para quedarse es la costumbre de utilizar las vías remotas para presentaciones de vino. A mi me gusta y creo que es una buena forma de adaptarse y renovarse para la industria, mejorando incluso la comunicación en muchos casos. 



Es así que una tarde de hace como un mes, tuve el placer de participar de la presentación oficial vía remota de una nueva etiqueta de los Vinos de Potrero, proyecto nuevo y creciente que está pidiendo pista desde las alturas de Gualtallary. 

Nos hemos cansado de escuchar a comentaristas deportivos hablar de la "columna vertebral" de los equipos exitosos. Ya que éste proyecto está íntimamente ligado (por razones obvias) al balompié, me doy permiso para usar la metáfora deportiva para describirlo. 

Vinos de Potrero tiene un gran "2" que da su nombre conocido y su respaldo de popularidad al emprendimiento y que apuntala desde el fondo y se se llama Burdisso. Pero también tiene una "5" que se pone el equipo al hombro y a fuerza de esfuerzo y elegancia da la cara en todo momento, repartiendo el juego y explicando uno por uno a los consumidores de qué se trata VdP y es Belén Soler Valle. Es la cara visible, la voz y quien se encargó de dirigir la presentación de ese día. 

Finalmente se sabe que los dos anteriores trabajan todo el tiempo para que el "9" meta goles y se lleve los aplausos. El goleador del equipo es un jugador que no luce tanto en los medios vínicos como otros colegas suyos, pero que al estilo Palermo, no deja de meter goles en todos los equipos que lo han contratado, imponiendo su estilo característico y es Bernardo Bossi Bonilla. 

En esos tres puntales se basa Vinos de Potrero, y en éste 2020 pandémico se largó a presentar un Cabernet Franc, de viñas implantadas en 2015 en Gualtallary. Estará dentro de la línea "Reserva" de la bodega, que tiene una crianza de 12 meses de barrica de primer y segundo uso. 

Vamos al vino entonces. 

Mi primera impresión es la de un vino con mucho de todo. Mucha intensidad, concentración, muy aromático y voluminoso. Uno de esos vinos opulentos, rozando la exageración diría yo (exagerando). Se presenta pesado dentro de la copa. En nariz se presenta especiado, con recuerdos de mermeladas de frutos rojos y algo de un mentolado particular. Apenas se sienten los recuerdos a pimientos rojos. Y si se siente el aporte de la madera nueva. En boca es muy voluminoso, largo, con una buena acidez y cierta profundidad. Entrada un poco dulzona y buena persistencia. Está intenso y muy vivo. Está bien para tomarlo ahora y creo que estará mucho mejor en un par de años cuando el tiempo en botella aplaque un poco tanta intensidad. Es una buena expresión de la cepa con un estilo que puede gustar a todos.

Algún bloguero caracterizado me hizo ese día un paralelo entre el "power" del vino y cierta forma de jugar que tenía su propietario. Algo de eso hay, y también hay una forma de hacer vino que es bastante característica de su enólogo (en mi humilde opinión) y que no deja de ser una marca de estilo. 

Buena presentación de otra etiqueta de Cabernet Franc, que amplía la paleta de la cepa en Argentina. Y buena presentación de Vinos de Potrero, a quienes agradezco me hayan hecho parte de la misma. 

Abrazo. Seguiremos encontrándonos copas y zoomes de por medio. Salud!





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