Volvimos del viaje a Entre Rios con dos cajas de vino recolectadas en las diferentes paradas que fuimos haciendo. Nos preguntábamos qué se podía hacer con ellas y lo más lógico nos pareció organizar una cata con amigos sommeliers y entendidos del tema. La cuestión era compartir la experiencia, hablar de los vinos entrerrianos e intentar llegar a una conclusión sobre si existe o no la personalidad en sus vinos.
La cita, como no podía ser de otra manera, fue en Catas de Garage. El Sommelier del Pueblo en su "local con más onda de Avenida Arijón" nos acogió de la mejor manera, como siempre lo hace.
Había 13 vinos para tomar. Con el Capitán elegimos la Merlot y la Tannat como muestras de las cepas que nos parecieron con mejor expresión. Además hubo un par de blancos y dos espumantes.
Y hubo cinco proyectos y las tres bodegas certificadas por el INV en Entre Rios. Más completa, imposible la cata.
Arrancó el Capitán hablando de la historia de la vitivinicultura entrerriana. Pasamos por los diferentes terroirs y los tipos de suelos que existen. Convincente y completa la alocución de don Kaller.
Y arrancamos con los vinos.
La conclusión general es que se trata de vinos muy correctos, con buena acidez natural, rica fruta y fáciles de tomar. Insisto con la idea de que en tiempos donde se busca frescura y fruta, el vino entrerriano tiene un muy buen lugar dónde posicionarse. Y sobre todo teniendo en cuenta los precios. Ninguno de ellos supera los 230 pesos, y estamos hablando de un nicho donde reinan etiquetas novedosas a más del doble de lo que salen éstas de Entre Rios. A pensarlo y probarlos.
Probamos dos vinos blancos que pasaron la prueba muy satisfactoriamente.
Por un lado el Sauvignon Blanc 2017 de Altos del Potrero en Gualeguaychú nos pareció muy rico en aromas, con expresión de pomelos amarillos y ruda y en boca, un poquitín apagado en acidez, pero complementándo con una rica y fresca untuosidad, quizás un poco dulzona. Muy bien.
El otro blanco fue un blend de Vulliez Sermet en su añada 2016. Corte de Chardonnay y Viognier, muy fresco, con aromas a frutas blancas como ananá o pera y miel. Y muy rico al tomarlo. También con una fresca untuosidad y con ganas de seguir tomándolo.
Aclaración de cómo se van interconectando los productores en ésta zona es que el primero se vinifica en la bodega de Colón y el Viognier del segundo proviene de la finca del primer proyecto.
En el medio tomamos un Cabernet Franc de Gualeguaychú. El Francamente Jóven de Altos del Potrero es del tipo que algunos llamas "juguito". Muy frutado, muy suave y casi imperceptible alcohol. Para tomar bien fresco.
Los más llamativos de la noche fueron los Merlot.
Tomamos el Merlot Reserva 2016 de bodega Vulliez Sermet de Colón, el Merlot Ara de 2017 de Colonia Ensayo cerca de Paraná y el Merlot de Viñas del Litoral, Finca el Renacer de 2017 de La Criolla, en los alrededores de Concordia.
Expresión de fruta roja bien fresca. Ricos, delicados, sin demasiada estructura y con buena expresión varietal. Vinos de bajos niveles de alcohol y buena acidez. Tanino redondo, muy amable. El Ara más delicado, el Vulliez Sermet, mas dulzón, el Finca el Renacer con un poco más de concentración. Pero los tres disfrutables y de diferentes zonas.
Para los Tannat hubo más de una sorpresa. El Ara Tannat 2017 se comportó perfecto, con una muy buena estructura, acidez fresca y rica fruta. El Viñas del Litoral 2017 con un poco más de concentración y aspereza, más rudo y con recuerdos de la madera utilizada.
Para la sección blends hubo tres participantes.
Arrancamos con la última botella que faltaba, el Injusto Blend de Cabernet Franc y Syrah 2016 de Victoria acercado por el Gran Dani Badalassi. Un vino que está en construcción, fresco frutado quizás un poco herbáceo.
El Ara Corte de 3 variedades, Tannat, Merlot,y Malbec 2017 estuvo interesante, con frutas rojas y negras jugando con una especie de especiado particular.
Finalmente el Vulliez Sermet cuatro cepas, blend de Tannat, Malbec, Merlot y Syrah, se comportó como el vino más complejo de la noche. Primero frutado como todos los demás, después abriéndose hacia aromas especiados y ahumados. En boca buena estructura, un largo más importante y un pasar dulzón y fresco. Muy bien.
Tomamos dos espumantes de la bodega Vulliez Sermet de Colón. Ambos realizados mediante el método champenoise. El primero, un poco más logrado en base a la cepa Chardonnay. Fresco y un poco herbáceo. Buena acidez y un toquecito amargo al final . El otro, en base a la misma Chardonnay y a la Pinot Menieur más punzante en su acidez en boca y más corto.
Ambos correctos, pero se nota que están en proceso de investigación, con un futuro mejor seguramente irá desarrollándose.
Y finalmente terminamos con ésta entrega el informe sobre las aventuras en la provincia de Entre Rios. Nos llevamos una muy buena sorpresa y nos volvimos con la convicción de que hay un futuro para los vinos en el Litoral. Que no todo tiene que ser piedra y altura. Que en suelos fértiles también pueden crecer vigorosas las vitisviníferas que nos den fruta para disfrutar buenos vinos. Algo al respecto ando tramando y probablemente será objeto de una nueva entrada.
Mientras tanto, a seguir disfrutando de la bebida que tanto nos apasiona y salud a la barra!
La cita, como no podía ser de otra manera, fue en Catas de Garage. El Sommelier del Pueblo en su "local con más onda de Avenida Arijón" nos acogió de la mejor manera, como siempre lo hace.
Había 13 vinos para tomar. Con el Capitán elegimos la Merlot y la Tannat como muestras de las cepas que nos parecieron con mejor expresión. Además hubo un par de blancos y dos espumantes.
Y hubo cinco proyectos y las tres bodegas certificadas por el INV en Entre Rios. Más completa, imposible la cata.
Arrancó el Capitán hablando de la historia de la vitivinicultura entrerriana. Pasamos por los diferentes terroirs y los tipos de suelos que existen. Convincente y completa la alocución de don Kaller.
Y arrancamos con los vinos.
La conclusión general es que se trata de vinos muy correctos, con buena acidez natural, rica fruta y fáciles de tomar. Insisto con la idea de que en tiempos donde se busca frescura y fruta, el vino entrerriano tiene un muy buen lugar dónde posicionarse. Y sobre todo teniendo en cuenta los precios. Ninguno de ellos supera los 230 pesos, y estamos hablando de un nicho donde reinan etiquetas novedosas a más del doble de lo que salen éstas de Entre Rios. A pensarlo y probarlos.
Probamos dos vinos blancos que pasaron la prueba muy satisfactoriamente.
Por un lado el Sauvignon Blanc 2017 de Altos del Potrero en Gualeguaychú nos pareció muy rico en aromas, con expresión de pomelos amarillos y ruda y en boca, un poquitín apagado en acidez, pero complementándo con una rica y fresca untuosidad, quizás un poco dulzona. Muy bien.
El otro blanco fue un blend de Vulliez Sermet en su añada 2016. Corte de Chardonnay y Viognier, muy fresco, con aromas a frutas blancas como ananá o pera y miel. Y muy rico al tomarlo. También con una fresca untuosidad y con ganas de seguir tomándolo.
Aclaración de cómo se van interconectando los productores en ésta zona es que el primero se vinifica en la bodega de Colón y el Viognier del segundo proviene de la finca del primer proyecto.
En el medio tomamos un Cabernet Franc de Gualeguaychú. El Francamente Jóven de Altos del Potrero es del tipo que algunos llamas "juguito". Muy frutado, muy suave y casi imperceptible alcohol. Para tomar bien fresco.
Los más llamativos de la noche fueron los Merlot.
Tomamos el Merlot Reserva 2016 de bodega Vulliez Sermet de Colón, el Merlot Ara de 2017 de Colonia Ensayo cerca de Paraná y el Merlot de Viñas del Litoral, Finca el Renacer de 2017 de La Criolla, en los alrededores de Concordia.
Expresión de fruta roja bien fresca. Ricos, delicados, sin demasiada estructura y con buena expresión varietal. Vinos de bajos niveles de alcohol y buena acidez. Tanino redondo, muy amable. El Ara más delicado, el Vulliez Sermet, mas dulzón, el Finca el Renacer con un poco más de concentración. Pero los tres disfrutables y de diferentes zonas.
Para los Tannat hubo más de una sorpresa. El Ara Tannat 2017 se comportó perfecto, con una muy buena estructura, acidez fresca y rica fruta. El Viñas del Litoral 2017 con un poco más de concentración y aspereza, más rudo y con recuerdos de la madera utilizada.
Para la sección blends hubo tres participantes.
Arrancamos con la última botella que faltaba, el Injusto Blend de Cabernet Franc y Syrah 2016 de Victoria acercado por el Gran Dani Badalassi. Un vino que está en construcción, fresco frutado quizás un poco herbáceo.
El Ara Corte de 3 variedades, Tannat, Merlot,y Malbec 2017 estuvo interesante, con frutas rojas y negras jugando con una especie de especiado particular.
Finalmente el Vulliez Sermet cuatro cepas, blend de Tannat, Malbec, Merlot y Syrah, se comportó como el vino más complejo de la noche. Primero frutado como todos los demás, después abriéndose hacia aromas especiados y ahumados. En boca buena estructura, un largo más importante y un pasar dulzón y fresco. Muy bien.
Tomamos dos espumantes de la bodega Vulliez Sermet de Colón. Ambos realizados mediante el método champenoise. El primero, un poco más logrado en base a la cepa Chardonnay. Fresco y un poco herbáceo. Buena acidez y un toquecito amargo al final . El otro, en base a la misma Chardonnay y a la Pinot Menieur más punzante en su acidez en boca y más corto.
Ambos correctos, pero se nota que están en proceso de investigación, con un futuro mejor seguramente irá desarrollándose.
Y finalmente terminamos con ésta entrega el informe sobre las aventuras en la provincia de Entre Rios. Nos llevamos una muy buena sorpresa y nos volvimos con la convicción de que hay un futuro para los vinos en el Litoral. Que no todo tiene que ser piedra y altura. Que en suelos fértiles también pueden crecer vigorosas las vitisviníferas que nos den fruta para disfrutar buenos vinos. Algo al respecto ando tramando y probablemente será objeto de una nueva entrada.
Mientras tanto, a seguir disfrutando de la bebida que tanto nos apasiona y salud a la barra!
Comentarios
Publicar un comentario