El mundo de los aceites de oliva no es tema específico de éste blog. Siempre publico notas que tienen que ver con el mundo del vino. Pero bien vale una escapadita de la zona de confort si de probar las novedades que trae la división de aceites de oliva de Santa Julia. ¿No le parece querido lector?
El aceite de oliva, además, tiene una hermandad bastante cercana con el vino. Partiendo de que nuestros abuelos inmigrantes traían consigo entre sus petates siempre una vid y un olivo para implantar en su nueva tierra prometida.
Crecieron y se desarrollaron casi en paralelo, por lo menos en la zona de Cuyo, hasta que las vicisitudes de los vaivenes económicos hicieron que fueran buscando cada uno su devenir individual.
Hubo un renacer del olivo allá por los noventa, donde de a poco se fue posicionando nuevamente como opción de consumo frecuente.
Hasta que en pleno siglo XXI aparece un personaje importante en toda ésta historia que se llama Miguel Zuccardi quien con determinación, impulsó a Santa Julia a tener su propia división de aceites de oliva.
Vieron la luz en 2013 las primeras botellas de los varietales Manzanilla y Changlot. Hoy sus aceites, que se presentan bajo las marcas Zuelo y Familia Zuccardi llegaron a ser referencia ineludible de la olivicultura argentina. Y eso es mucho decir.
En un mediodía soleado y templado del otoño de 2019 tuve el honor de disfrutar de la cata guiada por la Sommelier Victoria Ferre, especializada en aceites de oliva y comunicadora de los productos de Familia Zuccardi.
Nos va a presentar las novedades de la línea Familia Zuccardi, aceites de oliva de diferentes variedades.
Es que el olivo, así como la uva y casi todos los frutos de la naturaleza, presenta diferentes tipos, variedades o "varietales". Frutos que a pesar de formar parte de la familia, tienen diferente expresión. Así como no es lo mismo una Malbec que una Sauvignon Blanc, difieren en el resultado final los aceites hechos en base a olivos Arauco o Picual. Normalmente, los aceites no se presentan en forma varietal, más bien terminan formando parte de un "blend" que es el que nos llega a la mesa diaria.
Familia Zuccardi en lo más alto de su gama de productos, se interesa en embotellarlos como varietales, para abrir el abanico de posibilidades de consumo.
En éste 2019 andan presentando una nueva botella de forma cuadrada y novedosas etiquetas, además de la reformulación de los varietales. Está la aparición del Picual en lugar del conocido Frantoio que por decisión de la empresa ya no forma parte de la línea.
Ya dije que el aceite de oliva no es mi especialidad, ni siquiera puedo decir que tenga un conocimiento demasiado extendido del tema. Pero, humildemente, voy a intentar transcribir mis percepciones de cada uno de los aceites degustados en las que van a ser mis primeras notas de cata de aceites.
Arrancamos con el Familia Zuccardi Variedad Picual. Variedad propia de Andalucía, una de las más implantadas en el mundo. Tiene un perfil muy aromático. Fresco, verde. Recuerdos a hoja de tomate fresco y toquecitos frutados. En boca es delicado, suave, sutil y tranquilo. Algo picante, pero con una delicadeza especial.
El siguiente es el Familia Zuccardi Variedad Changlot. Una variedad de origen Valenciano. Se lo nota austero en nariz. Sin demasiada expresión aromática, más bien recuerda a cáscara de banana y algo de frutos secos, quizas almendras. En boca es más bien picante, persistente, con recuerdos como herbáceos, pero con una untuosidad "mantecosa" si se me permite el neologismo. Acariciador y cremoso. Cuenta Victoria que tiene buena recepción en el sector gastronómico. Quizás el secreto esté en esa untuosidad y que no es para nada invasivo con el alimento.
Tercero apareció el Familia Zuccardi Variedad Coratina. Ahora damos un salto a Puglia, en Italia. Aquí hay mayor expresión aromática. A cáscaras de bananas verdes, recuerdos como terrosos y a pasto. Bien intenso. En boca es bien picante, con un amargos presente. Es intenso, fogoso, apasionado, casi como los italianos...
Finalizamos la vuelta al mundo por los Olivas de Santa Julia con el Familia Zuccardi Variedad Arauco. De una variedad eminentemente Argentina. Cepa insignia de Zuccardi, la estrella de la línea. Aromáticamente es bien verde, con recuerdos a hoja de tomate y pasto recién cortado. Muy buena intensidad. En boca es fortachón, picante, con amargos intensos. Una expresión bien fortachona y hasta un poco indómita. Un aceite fuerte y musculoso que habrá de acompañar a comidas intensas.
Probamos las diferentes combinaciones con alimentos diferentes, desde fiambres a carnes, pasando por un muy rico rissotto y hasta con un postre de chocolate que se llevó muy bien con el Arauco.
Gracias a Antonella Fontana por la invitación, a Victoria Ferré por el conocimiento y el buen rato compartido de descubrimiento de las nuevas etiquetas de Familia Zuccardi.
Me gustó mucho la experiencia de los aceites de oliva, quizás haya novedades para éste boletín en el futuro.
El aceite de oliva, además, tiene una hermandad bastante cercana con el vino. Partiendo de que nuestros abuelos inmigrantes traían consigo entre sus petates siempre una vid y un olivo para implantar en su nueva tierra prometida.
Crecieron y se desarrollaron casi en paralelo, por lo menos en la zona de Cuyo, hasta que las vicisitudes de los vaivenes económicos hicieron que fueran buscando cada uno su devenir individual.
Hubo un renacer del olivo allá por los noventa, donde de a poco se fue posicionando nuevamente como opción de consumo frecuente.
Hasta que en pleno siglo XXI aparece un personaje importante en toda ésta historia que se llama Miguel Zuccardi quien con determinación, impulsó a Santa Julia a tener su propia división de aceites de oliva.
Vieron la luz en 2013 las primeras botellas de los varietales Manzanilla y Changlot. Hoy sus aceites, que se presentan bajo las marcas Zuelo y Familia Zuccardi llegaron a ser referencia ineludible de la olivicultura argentina. Y eso es mucho decir.
En un mediodía soleado y templado del otoño de 2019 tuve el honor de disfrutar de la cata guiada por la Sommelier Victoria Ferre, especializada en aceites de oliva y comunicadora de los productos de Familia Zuccardi.
Nos va a presentar las novedades de la línea Familia Zuccardi, aceites de oliva de diferentes variedades.
Es que el olivo, así como la uva y casi todos los frutos de la naturaleza, presenta diferentes tipos, variedades o "varietales". Frutos que a pesar de formar parte de la familia, tienen diferente expresión. Así como no es lo mismo una Malbec que una Sauvignon Blanc, difieren en el resultado final los aceites hechos en base a olivos Arauco o Picual. Normalmente, los aceites no se presentan en forma varietal, más bien terminan formando parte de un "blend" que es el que nos llega a la mesa diaria.
Familia Zuccardi en lo más alto de su gama de productos, se interesa en embotellarlos como varietales, para abrir el abanico de posibilidades de consumo.
En éste 2019 andan presentando una nueva botella de forma cuadrada y novedosas etiquetas, además de la reformulación de los varietales. Está la aparición del Picual en lugar del conocido Frantoio que por decisión de la empresa ya no forma parte de la línea.
Ya dije que el aceite de oliva no es mi especialidad, ni siquiera puedo decir que tenga un conocimiento demasiado extendido del tema. Pero, humildemente, voy a intentar transcribir mis percepciones de cada uno de los aceites degustados en las que van a ser mis primeras notas de cata de aceites.
Arrancamos con el Familia Zuccardi Variedad Picual. Variedad propia de Andalucía, una de las más implantadas en el mundo. Tiene un perfil muy aromático. Fresco, verde. Recuerdos a hoja de tomate fresco y toquecitos frutados. En boca es delicado, suave, sutil y tranquilo. Algo picante, pero con una delicadeza especial.
El siguiente es el Familia Zuccardi Variedad Changlot. Una variedad de origen Valenciano. Se lo nota austero en nariz. Sin demasiada expresión aromática, más bien recuerda a cáscara de banana y algo de frutos secos, quizas almendras. En boca es más bien picante, persistente, con recuerdos como herbáceos, pero con una untuosidad "mantecosa" si se me permite el neologismo. Acariciador y cremoso. Cuenta Victoria que tiene buena recepción en el sector gastronómico. Quizás el secreto esté en esa untuosidad y que no es para nada invasivo con el alimento.
Tercero apareció el Familia Zuccardi Variedad Coratina. Ahora damos un salto a Puglia, en Italia. Aquí hay mayor expresión aromática. A cáscaras de bananas verdes, recuerdos como terrosos y a pasto. Bien intenso. En boca es bien picante, con un amargos presente. Es intenso, fogoso, apasionado, casi como los italianos...
Finalizamos la vuelta al mundo por los Olivas de Santa Julia con el Familia Zuccardi Variedad Arauco. De una variedad eminentemente Argentina. Cepa insignia de Zuccardi, la estrella de la línea. Aromáticamente es bien verde, con recuerdos a hoja de tomate y pasto recién cortado. Muy buena intensidad. En boca es fortachón, picante, con amargos intensos. Una expresión bien fortachona y hasta un poco indómita. Un aceite fuerte y musculoso que habrá de acompañar a comidas intensas.
Probamos las diferentes combinaciones con alimentos diferentes, desde fiambres a carnes, pasando por un muy rico rissotto y hasta con un postre de chocolate que se llevó muy bien con el Arauco.
Gracias a Antonella Fontana por la invitación, a Victoria Ferré por el conocimiento y el buen rato compartido de descubrimiento de las nuevas etiquetas de Familia Zuccardi.
Me gustó mucho la experiencia de los aceites de oliva, quizás haya novedades para éste boletín en el futuro.
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