Vino en Vinerías. Visitamos Lo de Granado Fisherton Plaza Chic Mall

La rueda de las visitas a las Vinotecas Rosarinas sigue rodando en éste 2018 que tomamos para descubrir etiquetas desconocidas "in situ", o en el lugar donde todo sucede, que son los locales de expendio de bebidas producidas a partir de la fermentación alcohólica del jugo de uva.
Con el Capitán nos debíamos el encuentro con nuestra amiga y sommelier de lujo, Dana Nuñez en el local que atiende en el chetísimo Fisherton Plaza Chic Mall que queda a una cuadras de casa y que ha sido testigo de varias de las catas que pasaron por éste humilde blog de vinos.
Entonces en el sábado 21 de Julio de 2018 a la tardecita rumbeamos las naves para la zona del Aeropuerto para compartir un rato agradable de probar vinos en Lo de Granado y charlar con Dana, que siempre es un placer.





Es interesante ver el perfil que cada vinoteca da a sus clientes. Una especie de "carta" de vinos o bodegas que termina definiendo los tipos de vinos que uno va a encontrar de acuerdo a la decisión de su titular al ofrecer tal o cual bodega o grupo empresario de producción.
Hay las infaltables, pero también hay esas perlitas que cada vinoteca se reserva. La cuestión es identificarla y disfrutarla, como todo en la vida.
Así también es muy edificante ver lo que la gente pide. En el rato que anduvimos por el local, la enorme mayoría de los clientes buscaban por precio y casi nunca superaban los 200 pesos su espectativa de gasto por botella. A tener en cuenta...
Acompañando unos sanguchitos de miga encaramos cuatro etiquetas que nunca habíamos probado y que Dana había refrescado previamente.


Arrancamos con el Alma Gemela Carbernet Franc de Onofri Wines y producido con uvas de Los Chacayes en el Valle de Uco de Mendoza, en la cantidad exacta para rellenar 600 botellas.
Tardó en abrirse. Temimos lo peor cuando recién lo servimos en la copa y tiraba algunos descriptores raros. Lo dejamos reposar abierto y a la hora más o menos se acomodó. Expresó aromas a pasta de aceitunas negras, algo de frutas y toques como herbáceos. Alcancé a sentir un recuerdo como a café, en un esfuerzo poético que hice para expresar mis sensaciones en algún momento. En boca tiene una acidez  muy presente y punzante. La acidez es la marca y emblema de éste vino. Tiene un amargo al final y queda una sensación de que podrían haber dado un poco más en boca con lo que prometía en nariz. A un precio de $ 585 en Lo de Granado, esperábamos un poco más de la botella.


El siguiente fue otro Cabernet Franc. En éste caso el Gira Mundo 2016 proveniente de Paraje Altamira. Este fue bastante herbáceo en nariz. Poca expresividad. Mas bien mineral y algo de fruta, pero muy poca. En boca se desempeñó a la perfección. Honesto, franco, agradable, redondito, entrador y acariciador. Tiene recuerdos como a carne y un ahumado especial. Vino tomable, sin demasiadas complicaciones, pero buscando en lo agradable la sensación cómoda del consumidor. Un vino que no hay que pensar demasiado, simplemente disfrutar y dejarse llevar por lo poco y bueno que da. Su precio es de $ 370, quizás un poco inflado.


Perdida en un rincón de la góndola, encontramos una botella borgoña con chapita y todo que no conocíamos. Se trata del Pont Leveque Legende Unique Malbec 2016 Corazón de Roble, Edición Limitada de Bodega Estrella de los Andes. Se abrió en la fecha, pero adelanto que deberíamos haber prestado atención a la añada y no haber violentado el reposo de tremendo vino que debería ser abierto dentro de dos o tres años por lo menos.
Aromas mentolados y frutados a mermeladas de la madera. Tabaco y una complejidad que va haciéndose atractiva y seductora. Pero en boca raspa un poco todavía. La madera es demasiado invasiva y necesita de lo que el tiempo va a darle de complejidad, redondez y tomabilidada que aún no tiene. Lo disfrutamos de todas maneras y nos da ganas de volver a probarlo dentro de un tiempo. Seguramente va a ser un vinazo de esos que da gusto descorchar en ocasiones especiales. Mientras tanto, dejémoslo reposar, va a ser lo mejor para todos. Su precio de $ 1.051 es más una inversión que un gasto hoy en día.


Finalmente nos pasamos de la raya, para variar, con la última botella de la noche.
Se trató del Casa Petrini Tannat 2016.
"Qué vino raro" dijo Dana en algún momento y concuerdo plenamente en la descripción. Raro porque no esperábamos de un vino del varietal capicúa con una expresión tan amable, dócil y tranquila. En nariz expresa poco, con toquecitos como a hoja de tomate y alguna frutita negra, pero muy poco perceptible. En boca tiene una entrada redondita, acidez fresca y sensible y un largo medio con una estructura no demasiado importante. Un vino tomable y fresco. Agradable sin dudas. Pero que desorienta pensando en los demás Tannats que uno ha probado de diversas procedencias. Para dar una idea, entró un cliente en un momento y pidió éste vino, porque dijo que le gustaba. Lo curioso del asunto es que expresaba a viva voz que no le gustaba para nada los demás Tannat que hay en el mercado. El ejemplo habla por sí solo de lo que nos pareció el vino. Su precio de $ 230 está bien y lo vale con las aclaraciones del caso.

Terminamos charlando de vino, para variar, a la hora en que ya todos los demás locales del predio habían cerrado. Cosas que nos ocurren con demasiada frecuencia...
Otra muy buena experiencia de vinos en vinerías que seguirá su rumbo sin dudar en un futuro muy inmediato.
Salú la barra y nos vemos pronto.

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