Krontiras en la Casa de los Vinos

La biodinamia suele producir polémicas cuando aparece en las catas de vinos. Es algo que no termino de entender del todo. Si mal no comprendí cada vez que escucho a alguno de sus cultores, se trata de una práctica agronómica que tiende a ser más amable con el ecosistema y responde a algunas premisas entre filosóficas y científicas. Hasta ahí todo bien a grandes rasgos. Lo que no entiendo son ciertos enconos que produce en ciertos amantes del vino, sobre todo porque no les pasa lo mismo ante la evidencia de la utilización de fungicidas, glifosato, o insecticidas por los productores "tradicionales" y que actúan directamente sobre la fruta tan preciada que produce el vino que luego beben.


No tomo postura ni a favor ni en contra, porque no deberíamos tenerla. Es una práctica saludable que genera cierto tipo de modos de producción diferentes a los conocidos y que habría que aceptarlos sin darle demasiadas vueltas. Aparte que, salvo por la utilización de las famosas levaduras indígenas en vez de las industriales, no debería haber diferencias en concreto entre un vino biodinámico y otro que no lo es. Y sobre todo, si como en el caso que nos juntó el Jueves 10 de Mayo de 2018 en la Casa de los Vinos, la condición de biodinámicos no redunda en un precio más alto que los vinos tradicionales, como es el caso de la Bodega Krontiras. 
Toda ésta introducción fue para contarles que en el día indicado se presentó en la tradicional vinería de Pte. Roca y San Lorenzo la agrónoma-enóloga de la bodega, Maricruz Antolín que nos presentó parte importante de los muy interesantes vinos que la bodega hace siguiendo los preceptos de la biodinamia. Guido Rossanigo me había invitado unos días antes a la degustación y no podía negarme porque había probado algunos de sus vinos que me resultaron muy interesantes.
De dueño griego (Constantino Krontiras), produce vinos desde 2004 entre dos fincas ubicadas en Maipu en Lunlunta y en Luján de Cuyo, en Perdriel. Con un nuevo edificio circular albergando la bodega según principios biodinámicos, elabora unos 100.000 litros anuales.
Algunos datos duros de la bodega como para tener un panorama de la misma. Pero mejor vayamos a los vinos que están buenos. 


Arrancamos la degustación con un rosado. Se llama Doña Silvina Rosado de Malbec 2017. Es de los llamados rosados "de sangría", quizás la mejor manera de hacer un buen rosado. Llama la atención en aromas. Con recuerdos florales como a rosas y frutas como frutilla. Tiene un toquecito herbáceo, pero lo hace un poquitín más "salvaje". En boca tiene una buena estructura, rica acidez fresca y vibrante y un buen recuerdo frutal que está muy bien. Rico rosado y a un precio sugerido de $ 180 más todavía. 


Después degustamos una novedad, que en realidad no lo es tanto. El Malbec de entrada de línea de la bodega que antes se llamaba Doña Silvina ahora se llama Krontiras Malbec y tiene una llamativa etiqueta que engalana una botella borgoña. En ella una artista plástica plasmó algo así como un día en la vida de la bodega, con algunos animales y el paisaje característico. El vino en sí es fresco y jóven. Con aromas a frutas y algo especiado. En boca una buena entrada un poquitín dulzona, una muy fresca y llamativa acidez y un pasar medio y ligero. Un vino fácil de tomar, refrescante y bien redondeado. A un precio sugerido de $ 250, da lo que se espera en ese rango de precio. 


Arrancamos después con la línea que sigue en la bodega. Primero una rareza para Argentina. Nos enteramos de la existencia de una cepa llamada Anglianico, oriunda de Grecia pero con asentamiento en el Sur de Italia. Es una cepa introducida por la bodega hace unos años y que está recien arrancando. El vino en cuestión se llama Doña Silvina Oak Aged Aglianico 2015. Con 18 meses de barrica. Es oscuro, parece pesado en la copa. En aromas se expresa más bien frutado a frutas negras como higos bien frescos y mentol. El aporte de la barrica es casi imperceptible. En boca es llamativa su tanicidad. A pesar de tener tres años, raspa bastante todavía. Es también muy inusual en vinos argentinos la acidez punzante que trae consigo. Creo que le faltan un par de años en botella para terminar de redondearse, pero después de cierta guarda puede convertirse en un vino muy interesante e inusual para éste mercado. Su precio sugerido es de $ 370. 


Seguimos, de la misma línea, con el Doña Silvina Oak Aged Blend 2015 de Malbec (en un 70%) y Aglianico. Es también pesado y oscuro en copa. En aromas entramos en terrenos más conocidos a ciruelas y toques herbaceos. Algún recuerdo láctico, como a leche condensada y tabaco de aporte de la madera. En boca es bastante untuosos, pero a la vez tiene una acidez vibrante y una buena estructura y tanino bastante redondo. Es un vino fresco y goloso. A la vez amable y un poco salvaje. También tiene un sugerido de $ 370.


El siguiente es de la misma línea. Es el Doña Silvina Oak Aged Petit Verdot 2015. Un muy buen ejemplo del varietal. Bien concentrado, oscuro, pesado en boca. Con aromas como terrosos y mentolados. Un poco de fruta, pero más bien fresco. Algo de tabaco y un toquecito ahumado. En boca entra rubicundo pero con un tanino dulzón y amable. Buenísima acidez fresca y una estructura envidiable. Si uno se quiere tomar un rico Petit Verdot bien hecho y a un precio razonable, ésta es una muy buena opción a $ 370 de sugerido.


Y para el final siempre llega el plato fuerte. 
Degustamos uno de los Malbec de alta gama que guarda de las mejores relaciones entre la calidad y el precio de la Argentina. Doña Silvina Reserva Malbec 2012 a un sugerido de $ 550. El lector desprevenido podrá sorprenderse con tal afirmación, pero puedo aseverar que está a la altura de vinos que prácticamente lo doblan en precio. Es un vino pesado y violáceo en la copa. Tiñe con pesadas lágrimas. En nariz es muy complejo y se va abriendo y expresándose en diferentes capas que arrancan con recuerdo lácticos de la madera, como a chocolate con leche y después va expresando frutas bien maduras, en mermelada y después se abre en expresión más mentoladas y especiadas. Y después vuelve la madera en forma de tabaco. Y luego se vuelve  a la frutas como ciruelas. Al tomarlo es casi masticable. Rico, fresco, con un tanino muy suave y redondo. Amable y pesado. Fresco y jugoso. Excelente vino para degustar de a poco. Hay que dejarlo expresarse y tomarse el tiempo para disfrutarlo. Grandísimo vino que seguramente con el paso del tiempo irá expresándose mucho mejor. 

Voy terminando la nota y me doy cuenta que no hice la clásica referencia al clima que suelo hacer en todas las entradas. 
Llovían bulones de punta en una noche espantosa. Por suerte dentro de la Casa de los Vinos pudimos guarecernos y conocer las novedades de Bodega Krontiras. A tenerla en cuenta vinófilos!
Agradezco especialmente a Guido Rossanigo por la invitación. Un honor. 
Salud la barra y seguiremos chocando copas por ahí. 


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