Vertical de Prestige de Carinae.

Una cata vertical consiste en la degustación simultánea de varias añadas de una misma etiqueta de vino. En las palabras del Gran Sensei Moreno, sirve para dos cosas: la primera es para darse uno cuenta de cómo es que va evolucionando un vino y cuáles son los efectos que el paso del tiempo va haciendo en él. Por otro lado sirve para darse cuenta de los cambios en la forma de elaboración. Así, veremos cómo la bodega ha ido mutando o no y en qué dirección fue yendo.  No todos los años son exactamente iguales y los gustos del mercado van mutando con el tiempo.
De esas vicisitudes y otras más se trató la excelente cata en la que participé el jueves 22 de Mayo de 2017 en Rosario Vinos Exclusivos, el reducto de Paraguay y Pasco.


Andan por Rosario Brigitte y Philippe Subra, emprendedores franceses que tuvieron la loca idea allá por 2003 de ponerse una bodega en Mendoza, Argentina. La llamaron Carinae en homenaje al gusto por la astronomía de Philippe. Hoy en día es una bodega de las llamadas "boutique" enclavada en Maipu, en Mendoza y con una producción de 80.000 botellas aproximadamente con un piso de calidad incuestionable. 
Andan de la mano de la enóloga Gabriela Celeste con quien viene ligado otro nombre pesado de la industria vitivinícola: Michel Rolland. 
Según palabras de Brigitte, Rosario es su plaza más fuerte, dato que enorgullese a su representante local, don José Luis Ledesma. He escrito alguna entrada con la visita de Gabriela Celeste a la ciudad hace un tiempo y me gustan sus vinos en general. Tienen una personalidad tradicional, pero concentrada. Equilibrados, pero con ese toque "afrancesado" si se me permite la palabra. Un delgado equilibrio entre lo tradicional y lo moderno que no es fácil de sostener. 
Entonces están los amigos franceses en la ciudad para presentar una experiencia diferente. Su vino emblema, el Prestige, en sus versiones desde el 2009 al 2014. Excelente!
El vino es un corte de Malbec, Cabernet Sauvignon y Syrah en diferentes proporciones según la añada. Comenta Philippe que cada año definen las proporciones de acuerdo al perfil del vino que buscan junto al equipo de enólogos. La uvas provienen de fincas propias en Chachingo, Perdriel y Cruz de Piedra. No compran uvas a terceros, todo queda en casa.
El Prestige que está en el mercado corresponde a los años 2009 y 2010. Los demás aguardarán su turno acurrucados en la bodega, bien guardados. 
Y arrancamos nomás la degustación por el más jóven de la familia. El Carinae Prestige 2014.
Por decisión de los hacedores la vertical se hace desde el más jóven hasta llegar al más viejo 2009 (teléfono DA). Adjunto la foto de la contraetiqueta con los datos técnicos así no aburro con porcentajes de cada vino.







Para no abundar en datos específicos de cada vino, sobre todo de los más jóvenes a los que todavía les falta guarda en botella, doy un pantallazo general.
Leo notas del más jóven, todo madera todavía, algo cerrado. frutas frescas, vainillas y especias, carácter que se va aplacando en la versión 2013 con notas de chocolate, tabaco, especias y ciruelas, una fresca acidez y una tanicidad que se va aplacando.
Siento algunas diferencias con la añada 2012. Aquí se nota más frutado, con aromas a mermelada de higos y ciruelas pasas, toques mentolados y de cuero y un pasar en boca más dulzón. La madera se va ensamblando con el vino y el alcohol está más integrado.


Es en la añada 2011 que se empiezan a sentir los tonos de evolución. hay fruta, pero también ese toque de humedad y aromas mentolados y de chocolate. En boca es mucho más suave, elegante, acariciador, pero manteniendo todavía cierta rudeza.
La añada 2010 es la que está saliendo al mercado y que puede conseguir cualquier cristiano hoy día que se acerque a una vinoteca. Una ricura para oler. Aromas a mermelada de higos, regaliz, menta, especias, pimienta blanca y tabaco. Muy bueno en boca, tomable, agradable, fresco, mentolado y con recuerdos de dulce de leche. Fantástico y por el precio que tiene no se lo puede perder.
Finalmente probamos la añada 2009 que es la que todavía se consigue en cierto lugares (preguntarle a Tere o Nebel que algunas cajitas guardan) y que tampoco lo va a defraudar. Riquísimo blend, al que hay que dejar abrir para que empiece a expresarse con aromas a evolución y su fruta todavía bien puesta y el especiado y láctico similar al de 2010. Aquí sí se puede decir que el vino no ha cambiado en su forma de hacerse, sólo que el tiempo lo fue mejorando.





Muy grata experiencia la vivida en la noche lluviosa del jueves. Bien comimos también unas empanadas y unos fiambritos. Muy buen clima se vive en Rosario Vinos Exclusivos.
Creo que ha sido todo. Me traje una botella del 2009 que voy a guardar un tiempo más y después les cuento.
Abrazo y salud!

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