Honrado y feliz me encuentro en ésta mañana del 5 de Agosto. Anoche tuve el honor de dirigir u orientar una degustación distinta en Catas de Garage.
Junto al gran Sommelier del Pueblo, Gustavo Tomassoni ideamos y organizamos un paseo, primer acercamiento y disfrute de alguno de los mejores vinos que vieron la luz en tierras de Artigas, el Loco Abreu y la Vela Puerca. Ayer, 04 de Agosto de 2016 en Catas de Garage se degustaron vinos Uruguayos. Que no ni no!
Vamo arriba, entonces.
La idea era dar un pantallazo por la vida del tannat y agregar algunas perlitas que constituyen eso que hace de la vitivinicultura oriental un obligatorio a la hora de saber de vinos del nuevo mundo. Vinos diferentes. Producidos a una escala muchísimo menor. Hechos, en general por familias de viñateros que estampan orgullosos su apellido en las etiquetas de sus vinos. Y si no ponen sus apellidos, ponen su tranquilidad y carácter para sobrellevar una situación geográfica y climática muchísimo más adversa de la que estamos acostumbrados en la Argentina.
En Uruguay no hay vinos de altura, ni 320 días al año de sol, ni climas casi desérticos que ayudan. Hay una llanura apenas ondulada al nivel del mar con más de 1200 mm de lluvias al año, que llegan a 1500mm en las zonas más al norte.
La charla rondó un poco por la historia del tannat y el conocimiento de las zonas del paisito.
Y como Catas de Garage no se anda con chiquitas empezamos con un vino botritizado.
De la conocidísima bodega Establecimiento Juanico, de Familia Deicas, El Botritys Noble. Un vino hecho a la manera de los Sauternes franceses, de racimos seleccionados minuciosamente y proveniente de cinco cepas blancas diferentes. Este Oriental dulce y un poco áspero a su manera nos abre el juego y vamos sabiendo que no se van a andar con chiquitas. Aromas a cáscara de naranja, frutos secos, algo como verde, como al raspón y toques oxidados. En boca una felicidad de dulzor, con una acidez punzante y presente y una delicadeza para pasar por el paladar única. Intentamos un pequeño maridaje con queso azul y peras que fue un éxito rotundo de sabor.
Para seguir abrimos un blanco que parece rosado y fue hecho en parte con uvas tintas. El Marichal Pinot Noir Blanc de Noir-Chardonnay. Un vino que tiene un color apenas rosadito muy atractivo, como una cáscara de naranja más brillante. En nariz expresa frutas tropicales, como ananá, pero también duraznos amarillos y algo así como el carozo del durazno y todo ello con un toque como herbáceo y el ahumado de haber sido fermentado en barrica. Uno espera después de todo ésto un vino más bien redondo y dulzón y en vez de eso sorprende con una acidez muy fresca, una estructura importante pero abriéndose hacia los costados de la lengua y generando una sensación de frescura muy agradable y un final larguísimo y frutado. Don Damian Ajubita, presente en la charla, imaginó muchísimos maridajes posibles para éste vino al que no se cansó de elogiar. Coincido en todo con el conocido Sommelier.
Arrancamos con dos caños y las caras de sorpresa van siendo generalizadas.
Si señores, en Uruguay se hacen este tipo de vinos y les salen bárbaros.
Seguimos con una pequeña seguidilla de tannats de diferentes zonas vinícolas.
Para no aburrir con las descripciones comento brevemente:
Arrancamos con una botella sin etiquetar de tannat sin nada de madera de la cosecha 2015 a la que accedí gracias a la generosidad del dueño de la vinería "Las Croabas" de Montevideo. Usado como "testeo" de lo que vendría a ser un tannat "desnudo" de la zona de Canelones y proveniente de la bodega Artesana, a la que después volveremos.
Fue un vino aspero y con muchísima estructura, pero con su acidez característica y la fruta y el mentol presentes. Obviamente que le falta botella, pero fue para poner a los presentes en tema.
Seguimos con un tannat de Maldonado. De la faraónica Bodega Garzón, el Garzón Tannat 2014. Expresó bien su terroir de influencia oceánica. Directo y punzante, con acidez fresca y cuerpo medio. Interesantísimo vino.
Seguimos con el "tannat más premiado del mundo" según reza la bodega H. Stagnari. El Tannat Viejo 2013. Fortachón y frutado. Un poco dulzón y con un mentolado refrescante.
De la zona de Colonia tomamos el Maderos Gran Reserva Tannat 2011 de Bodega Los Cerros de San Juan. Un vino con una intensidad muchísimo menor. Expresa un terroir diferente. Amable, fresco también. Menos alcohol y más acidez. Muy bueno.
De la zona de Salto tomamamos el Bertolini Broglio Tannat Premium. Una de mis bodegas preferidas de Uruguay hace un tannat con cuerpo y taninos redondos que es para chuparse los dedos. Expresivo, agradable. Un poco delicado, un poco salvaje. Casi como el paisito.
Despues tomamos dos cortes de Tannat para ver lo que se puede hacer con la cepa insignia.
De la bodega Alto de la Ballena en Maldonado el Tannat Viognier. Rara la presencia de la uva blanca, agrega un elemento frutal, como durazno a la paleta del tannat y le da un paso mucho más delicado y fresco.
Despues de Bodega Artesana el corte Tannat-Merlot. Bastante típico del Uruguay. El merlot le da ese toque floral y una cierta elegancia y fruta roja al tannat que sigue agarrando y empujando desde su músculo.
Y como Catas de Garage no se anda con chiquitas, nos tomamos una botella del premiado como mejor Merlot en el Mundial de Merlot desarrollado en Abril en Suiza. El Bouza, Merlot Pan de Azucar, de viñedos pegados a Piriapolis y que crecen bajo el pequeño cerro que contiene al balneario Uruguayo. Una delicadeza y fineza. Un vinazo con todas las letras.
Cerramos la degustación con quizás el Tannat más reconocido. De Bodegas Carrau el Amat 2009. Cerramos el círculo tomando un vino del terroir de Rivera y de paso un vinazo al que el paso del tiempo solo le da más sabiduría.
Gracias a Catas de Garage por la oportunidad y seguiremos en ésto, que tanto nos gusta. No hay foto de todos los vinos porque éstas líneas han sido escritas a las apuradas en medio del viaje que estoy haciendo hacia Mar del Plata para la megadegustación de Malbecs organizada por Wine MDQ. Habrá noticias al respecto prontamente.
Junto al gran Sommelier del Pueblo, Gustavo Tomassoni ideamos y organizamos un paseo, primer acercamiento y disfrute de alguno de los mejores vinos que vieron la luz en tierras de Artigas, el Loco Abreu y la Vela Puerca. Ayer, 04 de Agosto de 2016 en Catas de Garage se degustaron vinos Uruguayos. Que no ni no!
Vamo arriba, entonces.
La idea era dar un pantallazo por la vida del tannat y agregar algunas perlitas que constituyen eso que hace de la vitivinicultura oriental un obligatorio a la hora de saber de vinos del nuevo mundo. Vinos diferentes. Producidos a una escala muchísimo menor. Hechos, en general por familias de viñateros que estampan orgullosos su apellido en las etiquetas de sus vinos. Y si no ponen sus apellidos, ponen su tranquilidad y carácter para sobrellevar una situación geográfica y climática muchísimo más adversa de la que estamos acostumbrados en la Argentina.
En Uruguay no hay vinos de altura, ni 320 días al año de sol, ni climas casi desérticos que ayudan. Hay una llanura apenas ondulada al nivel del mar con más de 1200 mm de lluvias al año, que llegan a 1500mm en las zonas más al norte.
La charla rondó un poco por la historia del tannat y el conocimiento de las zonas del paisito.
Y como Catas de Garage no se anda con chiquitas empezamos con un vino botritizado.
De la conocidísima bodega Establecimiento Juanico, de Familia Deicas, El Botritys Noble. Un vino hecho a la manera de los Sauternes franceses, de racimos seleccionados minuciosamente y proveniente de cinco cepas blancas diferentes. Este Oriental dulce y un poco áspero a su manera nos abre el juego y vamos sabiendo que no se van a andar con chiquitas. Aromas a cáscara de naranja, frutos secos, algo como verde, como al raspón y toques oxidados. En boca una felicidad de dulzor, con una acidez punzante y presente y una delicadeza para pasar por el paladar única. Intentamos un pequeño maridaje con queso azul y peras que fue un éxito rotundo de sabor.
Para seguir abrimos un blanco que parece rosado y fue hecho en parte con uvas tintas. El Marichal Pinot Noir Blanc de Noir-Chardonnay. Un vino que tiene un color apenas rosadito muy atractivo, como una cáscara de naranja más brillante. En nariz expresa frutas tropicales, como ananá, pero también duraznos amarillos y algo así como el carozo del durazno y todo ello con un toque como herbáceo y el ahumado de haber sido fermentado en barrica. Uno espera después de todo ésto un vino más bien redondo y dulzón y en vez de eso sorprende con una acidez muy fresca, una estructura importante pero abriéndose hacia los costados de la lengua y generando una sensación de frescura muy agradable y un final larguísimo y frutado. Don Damian Ajubita, presente en la charla, imaginó muchísimos maridajes posibles para éste vino al que no se cansó de elogiar. Coincido en todo con el conocido Sommelier.
Arrancamos con dos caños y las caras de sorpresa van siendo generalizadas.
Si señores, en Uruguay se hacen este tipo de vinos y les salen bárbaros.
Seguimos con una pequeña seguidilla de tannats de diferentes zonas vinícolas.
Para no aburrir con las descripciones comento brevemente:
Arrancamos con una botella sin etiquetar de tannat sin nada de madera de la cosecha 2015 a la que accedí gracias a la generosidad del dueño de la vinería "Las Croabas" de Montevideo. Usado como "testeo" de lo que vendría a ser un tannat "desnudo" de la zona de Canelones y proveniente de la bodega Artesana, a la que después volveremos.
Fue un vino aspero y con muchísima estructura, pero con su acidez característica y la fruta y el mentol presentes. Obviamente que le falta botella, pero fue para poner a los presentes en tema.
Seguimos con un tannat de Maldonado. De la faraónica Bodega Garzón, el Garzón Tannat 2014. Expresó bien su terroir de influencia oceánica. Directo y punzante, con acidez fresca y cuerpo medio. Interesantísimo vino.
Seguimos con el "tannat más premiado del mundo" según reza la bodega H. Stagnari. El Tannat Viejo 2013. Fortachón y frutado. Un poco dulzón y con un mentolado refrescante.
De la zona de Colonia tomamos el Maderos Gran Reserva Tannat 2011 de Bodega Los Cerros de San Juan. Un vino con una intensidad muchísimo menor. Expresa un terroir diferente. Amable, fresco también. Menos alcohol y más acidez. Muy bueno.
De la zona de Salto tomamamos el Bertolini Broglio Tannat Premium. Una de mis bodegas preferidas de Uruguay hace un tannat con cuerpo y taninos redondos que es para chuparse los dedos. Expresivo, agradable. Un poco delicado, un poco salvaje. Casi como el paisito.
Despues tomamos dos cortes de Tannat para ver lo que se puede hacer con la cepa insignia.
De la bodega Alto de la Ballena en Maldonado el Tannat Viognier. Rara la presencia de la uva blanca, agrega un elemento frutal, como durazno a la paleta del tannat y le da un paso mucho más delicado y fresco.
Despues de Bodega Artesana el corte Tannat-Merlot. Bastante típico del Uruguay. El merlot le da ese toque floral y una cierta elegancia y fruta roja al tannat que sigue agarrando y empujando desde su músculo.
Y como Catas de Garage no se anda con chiquitas, nos tomamos una botella del premiado como mejor Merlot en el Mundial de Merlot desarrollado en Abril en Suiza. El Bouza, Merlot Pan de Azucar, de viñedos pegados a Piriapolis y que crecen bajo el pequeño cerro que contiene al balneario Uruguayo. Una delicadeza y fineza. Un vinazo con todas las letras.
Cerramos la degustación con quizás el Tannat más reconocido. De Bodegas Carrau el Amat 2009. Cerramos el círculo tomando un vino del terroir de Rivera y de paso un vinazo al que el paso del tiempo solo le da más sabiduría.
Gracias a Catas de Garage por la oportunidad y seguiremos en ésto, que tanto nos gusta. No hay foto de todos los vinos porque éstas líneas han sido escritas a las apuradas en medio del viaje que estoy haciendo hacia Mar del Plata para la megadegustación de Malbecs organizada por Wine MDQ. Habrá noticias al respecto prontamente.
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