Diario de Viaje. Día 4. Escorihuela Gascòn.

Venimos un poco cansados y emocionados. Los pasos por Cruzat y Las Perdices han sido muy jugosos en conocimiento, vino y calidad humana. Nos queda la última bodega del día.
En Godoy Cruz, casi a pasitos del centro de la ciudad de Mendoza, se encuentra la bodega Escorihuela Gascón. Allí, en el edificio construído en 1884 se conjugan la tradición con la modernidad y el buen vivir.

Uff, ya casi que no damos más en el día, pero encaramos con el mayor de los entusiasmos el viaje al interior de la bodega boutique de un conglomerado enorme de empresas de vino. Es Jueves  12 de Noviembre de 2015, son las 19 horas aproximadamente y vamos a Escorihuela!
Llegamos y nos reciben con todo aprecio. El promedio de edad de los anfitriones es bastante bajo en relación a otras bodegas. Todo en Escorihuela es eso, la conjunción de lo jóven y lo antiguo. Una cancha de polo para bicicletas en plena refacción conviviendo con un tonel enorme tallado en 1910. Los techos altos tradicionales de caña y adobe cobijando un vino biodinámico, maquinaria moderna con un antiguo camión de madera. Algo así parece ser el estilo. Si lo pensamos también las botellas, que contienen vinos de carácter muy moderno con etiquetas al estilo antiguo.


Alberga la bodega también uno de los restaurantes más chic que pueda haber. 1884 es el reducto del "rey de los fuegos", Francis Mallmann. Asi que aparte de buenos vinos, me parece que vamos a comer bien.

Terminada la breve visita guiada nos encontramos con Matías Ciciani Soler, el enólogo de la bodega. Jóven, descontracturado y con la mayor predisposición para aclarar las dudas, nos va hablando de sus vinos mientras los degustamos.
Y empezamos con un Malbec 2012 de la línea Pequeñas Producciones.  De buen color, la primer olfación me trae a la memoria las pastillas DRF. Esas redondas de mentol. Muy fresco arranque, con una nota de chocolate amargo muy buena y un toque anisado. Apenas una fruta madura de fondo. En boca es fresco, con un arranque dulzón, agradable, con acidez presente y una fruta madura, como una frutilla en el retrogusto. Muy buen vino.

Seguimos con el que más me gustó a mi. Un Syrah 2012 tambien de la línea Pequeñas Producciones. Intenso, oscuro en la copa. En la nariz un arándano fresco, algo ácido o verde, con una oleada de especias que vienen detrás y algún tostado de la madera. En boca tiene una buena acidez, pega directo en la parte anterior de la lengua, tiene una intensidad importante pero a la vez refrescante. Excelente y de una variedad que está entrando en desuso al parecer por los pocos ejemplos que tuvimos a lo largo del viaje.


Habla bastante Matías sobre lo que busca en sus vinos. Desarrolla en tema de la cosecha, dice que el 60 % del resultado del vino está dado en la elección del momento de cosecha. Que de un día para el otro puede variar mucho la expresión de la uva.

El tercer vino de la noche es otro varietal. Un Cabernet Sauvignon también 2012 de la línea Pequeñas Producciones. Gran intensidad de color. En nariz el pimiento acompañado por una fruta roja muy madura y la pimienta negra que sobrevuela, pero todo en tren bastante fresco. En boca es muy cabernet, llena la boca con intensidad pero sin tanta concentración. Deja algo pastosa la boca, como pidiendo una costillita...Muy buen varietal.

Cuenta el enólogo sobre su experiencia en biodinamia. Tiene un proyecto en particular basado en el cultivo biodinámico de la vid. Es interesante. Levanta alguna polémica, pero es bueno escuchar que alguien anda en la búsqueda de algo distinto.

Continuamos con un Malbec 2010 Miguel Escorihuela Gascón de la línea Pequeñas Producciones. Buena intensidad en color, violáceo, grandote. En nariz, trufa! dice la Sommelier Anita Mecozzi. Se siente la pimienta negra y una ciruela tranquila, algo madurita. En boca es todavía muy secante, con poca expresión. Creemos que le falta un tiempito en la botella.

Terminamos la degustación con una bomba. El Don Escorihuela Gascón Malbec 2011. Pesado en la copa, anticipa algo intenso. En nariz se va abriendo de a poco en una serie de expresiones que es como que te conversan. Primero una fruta madura, algo pasada, como una ciruela, despues un toque mentolado, más tarde las especias y después muchas flores, y un tostado suave que acaricia. En boca es una bomba como dije antes. De una intensidad considerable enorme pero no raspa. Buenísimo vino que todo lo llena. Fresco también, no muy pesado. Es para hablarlo y hablarlo. Gran vino.


Y después vino la comida excelente. Un trato espectacular. un lugar buenísimo. Tuvimos oportunidad de charlar un rato más con Matías quien tuvo la deferencia de hacer probar un par de vinos que tiene en proyecto y que por respeto no describo, pero que no puedo dejar de puntualizar.
Vamos a dormir con la tranquilidad de haber cumplido con nuestro deber de sommeliers. Mañana sera otro día intenso.
Continuará.

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