Argana en la Toscana

Argana era una vasija de cuero que antiguamente se utilizaba para transportar la uva del viñedo a la bodega a lomo de burro. Un utensillo que ha caído en desuso por la tecnificación y el desarrollo de la industria vitivinícola pero una palabra que fue rescatada del olvido por la familia Arroyo y tomada como nombre para su empresa en San Rafael.
Hoy es jueves y me acerco acompañado por mi compañera de vida a la degustación de vinos de Argana Wines que se desarrolla en la vinería "La Toscana". En éste oasis de paz en medio del bullicio de calle Mendoza a la altura de Echesortu se desarrolla el evento. A fuerza de sonrisas, buen gusto y pasión por lo que hacen, los hermanos Bologna (Soledad y Martin) han hecho de su local una referencia ineludible del mundo de los vinos en el corazón geográfico de la ciudad. 
Habla mucho y muy apasionadamente el titular de la bodega, don Raul Arroyo. Evidentemente el vino es su vida y su pasión. Declara 50 años produciendo uvas. No es poco y hay que escucharlo con su hablar parsimonioso, lento pero seguro de lo que está diciendo. El hombre no es una  estrella del mundo del espectáculo. Es de alguna manera la expresión en una persona de la vitivinicultura de San Rafael. 
Y dice:
Cuenta que San Rafael está a unos 250 km. al Sur de la Capital de la provincia de Mendoza entre los ríos Atuel y Diamante. Nos habla de las diferencias con la producción de la Capital y en general concluye que en el oasis Sur se producen vinos más amables, con taninos más dulces y suaves en líneas generales. 
Cuenta además que el hacer vinos de alta gama es un viejo sueño que está pudiendo llevar a cabo después de muchísimos años de trabajo con la vid junto a su hijo Ruben. La bodega Argana abrió sus puertas en 2010 con una capacidad para producir 80.000 litros de vino anuales y con 22 ha. implantadas de variedades diversas.  Alta tecnificación y moderna producción para acompañar la tradición. 
Y degustamos entonces:
Arrancamos como se debe con un espumante. Argana Extra Brut. Realizado con el método Charmat y en base a los varietales Chardonnay, Pinot Noir y Chenin. Fresco, liviano. Muy aromático a frutas blancas, recuerda al Chardonnay. Apacible y tranquilo pasa liviano por boca. Agradable.
Y después nos adentramos en el mundo de los tintos. 
Empezamos con la línea de varietales. Primero Malbec 2012. Oscuro intenso violeta y con lágrima pesada en la copa. Aromas florales, a ciruelas muy maduras acompañadas por vainillas. Dulce en nariz. En boca interesante, carnoso, redondo, intenso, aromas de boca ahumados, como a tabaco y final bastante largo Se va haciendo evidente el paso por madera. Un malbec interesante. Un  amigo infalible del asado. Muy buen comienzo.
Seguimos con el Cabernet Sauvignon 2012 de la misma línea. Se lo ve similar. La bodega tiene su identidad. Tambien vigoroso. Menos aromático que el Malbec. Algo de fruta muy madura y pimienta. En boca fuerte, intenso. La madera presente. Otro robusto sanrafaelino para atacar las carnes argentinas. 
Y despues pasamos a la línea "Siete Llaves" que son los denominados Reserva. 
Antes de degustarlos Raul nos cuenta que éstos vinos son realizados en muy pequeñas cantidades y con la técnica de fermentación en barrica. Hablando mal y pronto el vino se hace (se fermenta) en la barrica de roble de 220 litros. Una vez terminado el proceso se extrae, filtra, clarifica, etc. y despues se vuelve a introducir en la barrica nuevamente para estacionarlo un tiempo más (8 meses el Cabernet Sauvignon y 12 meses el Malbec). Terminado todo éste proceso se guarda un año más en botella en la bodega y entonces nos llega el producto hoy, de uvas que han sido cosechadas en 2012. Has recorrido un largo camino amiga uva.
La razón de ser de éste proceso es potenciar con la madera al máximo las posibilidades de expresión del vino. 
Primero nos llega el varietal Cabernet Sauvignon Reserva 2012. Se lo ve  pesado, vigoroso. Se mueve lento dentro de la copa. Es aromático. Aparece primero la pimienta negra, acompañada por la vainilla y todo sobre un sustrato como de mermeladas de frutas muy maduras. En boca intensísimo con alguna acidez todavía presente, llena la boca, es carnoso y deja una saliva gruesa y un recuerdo algo lácteo en un final larguísimo. Un musculoso grandote! 
Alguien en la sala dice que tiene gusto a madera. Es cierto. Don Raul aclara que la madera va estar presente en el vino por la forma de vinificarlo. Pensemos que nació rodeado de madera, creció rodeado de madera y se hizo grande dentro de una barrica. No tiene otra opción que expresar eso. Aclara que ésta técnica no se puede llevar adelante con cualquier barrica. Debe hacerse con roble americano con tostado light para que el sabor maderoso no sea tan invasivo. 
Terminamos con el Malbec Reserva 2012. Tambien en la misma línea que el Cabernet. Violáceo intenso. En nariz dulces frutas rojas maduras y la vainilla que se hace habitual. Carnoso en boca, intenso y redondo. Madera presente y largo final.
Terminada la degustación y de vuelta a casa me quedo pensando en los usos  y abusos de la madera y que al final lo que cuenta es el gusto del que toma. La felicidad en las caras de los degustadores decía todo. 
Argana apuesta a la alta gama apuntado a vinos intensos y potentes con la barrica de roble como arma principal para lograrlo, presentando un producto con una relación calidad precio muy alta. Es su búsqueda y los logros están a la vista. 
Gracias a La Toscana y a Argana Wines por otro día de aprender del vino. 


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