Noche de Chardonnay con los Digame Sommelier

Hacía mucho que no salía nota sobre juntada de los Digame Sommelier. 
No era que no nos viésemos, al contrario, siempre encontramos un hueco en nuestras cargadas agendas para vernos las caras y chocar nuestras copas. El tema es que dejamos por un tiempo las catas a ciegas y nos dejamos llevar por el puro placer de juntarnos. 
La privamera trae nuevos sentimientos y entonces la nostalgia pudo más en éste sábado 27 de Octubre de 2018. Arremetimos fuerte hacia nuestro pasado en busca de una nueva cata a ciegas temática.


Ya hemos pasado por un montón de cepas y temas, pero había una que siempre estuvo presente y nunca se materializó. El Chardonnay "barricado" o con un paso más o menos prolongado por barricas de roble.
De las experiencias de vinos blancos suelen ser las más untuosas. Quizás de esas características son los vinos más encumbrados y de mayor precio. Nosotros nos fuimos acomodando de a poco a la consigna y llevamos dos botellas cada uno, cosa de no de perder nuestra añeja costumbre de caer en la exageración. 
Al final tomamos 24 Chardonnay maderizados, de muy buena calidad general. Cundió la manteca, la banana pisada, las frutas tropicales y la grasa en boca. Todos quedamos enloquecidos por lo bien que vienen los Chardo argentinos. 
Fuimos de la partida casi todos los de siempre, El Sommelier del Pueblo, el Capitán, el Sensei, Lola, Dulce Sole, Penélope Glamour, Dana, Stella, el que suscribe y escribe... Lamentamos la ausencia de Pitu y Dani que no pudieron ser de la partida. Y contamos con la presencia estelar de Tintomaníaco, el Sommelier Emnascarado, quien se dice amante de los Chardonnay con madera y nos gratificó con su presencia y conocimientos. 
Acompañamos todo con un exageradísimo menú de finger food a la canasta (cada uno llevaba algo) que nos dejó pipones, felices, y con ganas de charlar hasta que el cielo empezaba a clarear en ésta primavera lluviosa que vivimos los litoraleños por éstos lares. 
Hermosa juntada, pero con una cata a ciegas previa comandada por la firme mano del Sommelier del Pueblo, que con gesto adusto nos imponía un frenético ritmo de degustación que nos mantenía alertas y expectantes. 
Fueron 24 vinos e hicimos 24 notas de cata conjunta. Normalmente suelo transcribir solo los pareceres de los primeros cinco o seis vinos. Aquellos que más gustaron., pero ésta vez, en afán enciclopédico y porque me gusta, voy a transcribir todas notas de cata, con los pareceres de 10 catadores en un resumen hecho por quien suscribe y escribe. Arrancamos por los preferidos y después vamos a los demás. 
Ahí va, espero que a quien le guste lo disfrute, y a quien no, le haya divertido la introducción y coincida con los cinco favoritos. 


El más mejor de todos en esa noche estrellada fue un clásico de una bodega clásica.
El que más gustó  y concentró unanimidad entre los 5 más votados fue el Angelica Zapata Chardonnay Alta 2015. Con aromas a duraznos dulces y ananá. Con una especie de nota a caramelo sobrevolando. Miel aparece al rato de abrirse. En boca es una delicadeza. Suave y precioso. Dulce, pero elegante. Largo y disfrutable. Un vinazo que se expresó exhuberante entre tanta expresividad, en una noche de grandes vinos. Aplauso, beso y medalla para el mejor de una noche bárbara. 


Segundo en las preferencias apareció el Encuentro Rutini Wines 2015. Un vino muy expresivo en nariz, con recuerdos a miel, flores blancas y frutas tropicales. Un toquecito a banana pisada nomás y todo en una muy buena relación. Pero lo mejor aparece cuando uno lo toma. Es un vino sutil, rico, con entrada frutada, pero untuoso, "llenador" con una muy buena estructura y amable. Riquísimo vino.


El tercero fue el Apartado Gran Chardonnay 2015 de Rutini. De un color amarillo cobrizo intenso. De aromas a flan al principio y luego un poco floral. Después se pone un poco frutado a duraznos bien dulces y hasta recuerdos de caramelo. En boca es muy untuoso y largo. Gran estructura y muy dulzón, casi empalagoso. Lo vimos como un vino para disfrutar en los postres. Dejándolo abrir de a poco. Dejándose acariciar por una delicadeza y un dulzor particular.


Otro encumbrado para el cuarto puesto. El Enemigo Chardonnay 2015. De color cobrizo. Aromas como a duraznos con crema o a melocotón o damascos. Miel y flores blancas. Muy buena nariz y un gran paso por boca, untuoso pero con una buena acidez, no tan presente en los demás vinos. Empieza dulzón y después llena con una buena y delicada untuosidad. Se nota un poco la evolución, apenitas, pero le da un toquecito de complejidad. Gran vino y aplauso.


Quinto entre los destacados, el primer vino que no viene de una bodega grande.
De un pequeño proyecto enclavado en Barrancas Maipú, nos gustó y lo decimos, el Bapteme Chardonnay 2015. Genial y untuoso vino masticable. Con aromas dulzones a duraznos y miel. En boca entrada dulzona y voluptuosa recuerdos a banana pisada. Buena acidez que refresca y acompaña. Una perlita que algunos ya venimos señalando, que a ciegas funcionó muy bien.

Pasados los cinco favoritos, nada más puntualizar que la gran mayoría de ellos proviene de la añada 2015. Parece que algo bueno ha pasado en esa cosecha.

Y ahora les comparto algunas líneas de los demás vinos probados esa noche en el orden que fueron probados.




Manos Negras Chardonnay 2015. De poca expresión en nariz. Más bien austero y algo herbáceo, como si tuviese un recuerdo a ruda. En boca directo, fresco, con acidez profunda y un amargo final.

Caelum Reserva Chardonnay 2012. En aromas escueto. Con recuerdos como a manzana verde y toques cítricos y florales apenas perceptibles. En boca bien mantecoso y untuoso. Muy tomable y rico.

Animal Vineyard Chardonnay 2016. Recuerdos de maracuyá y frutas tropicales en nariz. En boca entra rico y fresco, pero queda un poco corto.


Lagarde Guarda Chardonnay 2015. En nariz sin demasiada expresión. Con cierto recuerdo herbáceo y frutal, cítrico como a pomelo rosado y a peras. En boca fresco y corto, con una pequeña agujita carbónica.

Sottano Chardonnay 2016. Perfumado a flores blancas y frutas dulces, como duraznos. En boca acidez punzante y filosa. Poca estructura y cierta untuosidad que queda en segundo plano con la acidez.

        

Felino Chardonnay 2015. Notas de madera. Vainilla, coco, crema de leche, muy dulce. En boca mantecoso y un poquitín pasado de madera.

Familia Gascon Roble Chardonnay 2017. Exuberantes aromas frutales. Como una ensalada de frutas muy dulces. Damasco, pera, ananá, maracuyá, durazno, banana. Y todo muy dulce. En boca parece cuando uno toma el almíbar de las ensaladas de frutas.

Lindaflor Chardonnay 2016. En nariz aparace un poco extraño, con aromas como a verdura cocida al principio y después se va abriendo en aromas a vainillas, ananá y manteca. En boca muy untuoso y masticable.



Finca Ambrosía Finca Unica Chardonnay 2014. En aromas se muestra mineral y un poco herbáceo. Recuerdos como a anana bien fresco. En boca es al mismo tiempo mantecoso y con una acidez pronunciada, punzante y algo cítrico.

Fosil de Zuccardi 2016. En aromas se muestra láctico, con recuerdos como a manteca y leche. Recuerdos cítricos, como a pomelo amarillo y con recuerdos minerales. En boca punzante, directo, cítrico y directo. Elegante pero sin vueltas.

Mascota Chardonnay 2012. Aromas a peras y espárragos o arvejas. En boca entrada bien dulzona y delicada y una cierta acidez agradable.


Callejón del Crimen Reserva Chardonnay 2016. En nariz fresco, frutal, tropical. Aromas a ananá y peras. En boca directo, con una buena estructura y una acidez punzante. Vertical y disfrutable.

DV Catena Chardonnay Chardonnay 2014. Nariz sutil con una mezcla de vainillas y manteca. Frutas azucaradas, caramelo. Frutado a ananá bien dulce y duraznos en compota. En boca es untuoso, pero todavía recuerda mucho su paso por madera en retrogusto. Candidatazo a ser el mejor vino de la noche de dentro de 4 años.

Chardonnay de Potrero 2016. En nariz algo dulce, pero cítrico como a pomelos y quizás un poco herbáceo y mineral. Boca fresca e indómita. Rico y directo. Acidez puntiaguda.



Luca Chardonnay 2016. Leo entre las notas de cata que alguno de los catadores escribió "dotado". Adhiero a la metáfora no necesariamente anatómica. Es un vino con todo lo que tiene que tener. Gran nariz, mucha expresividad, buena estructura, rica untuosidad y largo final. Con un poco de todo, dotado de casi todas las características que un buen chardo debe tener. Otro al que quizás le falta un par de años para terminar de redondearse.

Socavones Chardonnay 2016. Pera madura, duraznos, manzanas roja. Fruta y mas fruta también en boca, pero con una untuosidad sorpresivamente sedosa. Aplauso para el cordobés señores!.

Los Stradivarius de Bianchi Chardonnay 2015. Rico, completo. Con frutas como ananá y algo como herbáceo al mismmo tiempo. Pero recuerdos lácticos de la madera como a crema doble y flores blancas, casi como madreselvas. En boca dulzón y fresco. Buena acidez y potente estructura. Gran vino que también va a ir desarrollándose con el tiempo.


Trivento Golden Reserve Chardonnay 2015. Muy maquillado. Buen vino, goloso, mantecoso, rico, sabroso, floral, casi empalagoso. Mucho de todo.

Riccitelli Chardonnay 2014. Probamos algunos Chardonnay con algunos años de crianza en botella. Casi todos pasaron la prueba del paso del tiempo. Esta botella no. Personalmente le tenía fe, esperemos volver a probar la añada para ver si no era un problema particular.

Brindamos con un Alma 4 Chardonnay de 2013 que estaba muy bien.
Y seguimos hasta bien entrada la madrugada disfrutándo de nuestra compañía. Así vale la pena estar vivo.
Saludo de todos y salud hasta la próxima. 










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