Wine Festival 2017

En las últimas semanas me tocó ser parte de dos ferias diferentes que son parte del mismo mundo del vino con visiones casi opuestas, pero a la vez complementarias. Salió hace unos días la nota sobre el Malbec World Day. Hoy les cuento lo que me sucedió siendo parte del Wine Festival 2017.
Si la anterior era descontracturada, apuntada más a la diversión que al vino, ésta fue completamente dirigida a quienes conocen. Mucho más técnica y rica en conocimiento. Más profunda en el saber, con talleres interesantísimos y la presencia de muchos enólogos. Mucho más vino de alta gama.


El señor Fernando Depetris se ha mandado un evento fenomenal a partir de las bodegas que representa y que resulta imperdible para los que de alguna u otra manera formamos parte del llamado "mundo del vino".
El Wine Festival se desarrolló el miércoles 3 de Mayo de 2017 en los salones del Hotel Pullman de Rosario.
Por la tarde, desde temprano se desarrollaron una serie de talleres en lo que se llamó "Cata Experimental" donde los enólogos de cada una de las bodegas presentes brindaron charlas o presentaban algunos vinos especiales que tenían ganas de mostrar y divulgar.
Platea de conocedores y profesionales del vino. Sommeliers, dueños de vinotecas, docentes. Algún bloguero colado...



Arrancó temprano don Tomás Achaval en una disertación que no llegué a comprender, apuntada más bien a la macro economía argentina y a un posicionamiento político expreso de su parte. Me gustan muchísimo sus vinos, me hubiese gustado escucharlo hablar de ellos.

Le siguió, ya entrados en temas más técnicamente enológicos, Juan Roby, enólogo de Bodega Lagarde quien nos presentó dos añadas de su Semillón. Habló didácticamente de la cepa, sus orígenes, características y puntualizó en una de ellas, que es su sensibilidad a la botritys. Nos comentó una prueba que hizo en la cosecha 2015, levantando parte de la uva más tarde, ya botritizada. y mezclando una pequeña porción  con la mayoría del vino común. Su idea era intentar ganar untuosidad y sabores . El resultado es un vino muy floral y con aromas a néctar, algo meloso y muy punzante acidez. Contó luego que el experimento no le resultó completamente satisfactorio y que en la añada 2016 se olvidó de la botritys y echó mano a las barricas de roble, pasando parte del vino por madera. Coincidimos muchos en que el vino de 2016 con aromas a miel y durazno, untuoso en nariz y con un pasar fresco, algo punzante, pero voluptuoso por boca, era mucho mejor.
Muy interesante y didáctico para entender los caminos de los enólogos y cómo van llegando a resultados a partir de pruebas y errores. Excelente.

Le siguió Mariano Quiroga, el nuevo enólogo de Bodega Casarena quien contó su experiencia anterior en Salta y los desafíos que se le presentan ante el nuevo conchabo en Mendoza. Probamos dos Malbecs de la línea Single Vineyard provenientes de dos fincas muy próximas pero diferentes en sus características de suelo para ver las diferencias en el resultado final. Más frutado el proveniente de la Finca Laurent, más herbáceo y floral el proveniente de la Finca Naoki. A pesar de la diferencia de añada y el evidente manejo diferente de la madera. También interesante.

Continuó Federico Cassone con el apasionamiento que lo caracteriza. Nos habló de su último experimento consistente en investigar sobre la influencia de cierto tipo de plantas en los viñedos y en la producción de vinos. Habló de una pequeña parcela que tiene rodeada de una clase especial de eucaliptus que deja una resina sobre la piel de la uva. El resultado del experimento son tres vinos identificados con un color cada uno.
El rojo corte de Cabernets Sauvignon y Franc con aromas a frambuesas  pasta de aceitunas negras, fruta negra también. Goloso, untuoso en boca, con recuerdos de dulce de leche y final largo y rico.
El verde Malbec con aromas a eucaliptus y cuero y mermelada de ciruelas muy dulces, con una boca muy golosa.
El azul, corte de Cabernet Sauvignon y Merlot, muy anisado y con aromas a frutas negras. Buena boca, un poco tánica.
También muy interesante para seguir aprendiendo.

El siguiente fué Julián Gomez, responsable de Finca Ambrosía quien nos habló maravillas de Gualtallary. La zona, la forma en que se dan los vinos. El carácter calcáreo de sus suelos y las consecuencias en el vino. Vimos perfiles de suelos y sus orígenes. Probamos un Chardonnay y un Cabernet Sauvignon muy buenos y educativos al momento de entender la expresión del terroir.

La siguiente, fue la disertación del representante de las bodegas Amalaya y Colome que hizo una exposición sobre los vinos de Bodega Colomé y charlamos sobre las influencias de la altura en los vinos. La amplitud térmica, las características del suelo y probamos tres vinos.
El Lote Especial Sauvignon Blanc de 2016. Más frutado que en cosechas anteriores. El enólogo me refirió que intentaron cambiarle el perfil ante mi pregunta al respecto. Con aromas a frutas blancas, especialmente peras y pomelo amarillo, algo herbáceo, con recuerdos apenas de ruda.
El Lote Especial Pinot Noir con aromas a café y espárragos y mucha acidez en boca.
Y el renombrado Altura Máxima Malbec con recuerdo de pimientos y un aroma general como a consomé, con cebollas, pimienta negra y quizás aún muy jóven. Algun tiempo más en botella le vendría muy bien.

Enseguida empezó una muy rica e instructiva exposición de Mauricio Lorca. Arrancó explicando la impostancia del manejo del viñedo y como es allí donde se hace el vino. Interesantísimo y muy explícito al decir que si se mejoran esas técnicas, el futuro del vino argentino será mucho mejor. Después nos deleitó con cinco vinos de la reciente cosecha 2017, para que entendamos cómo es que vienen sus vinos éste año.
El Malbec, todo fruta y ciruelas.
El Cabernet Sauvignon con pimienta blanca y menta.
El Syrah con sus arándanos.
El Cabernet Franc, intenso y corpulento.
El Bonarda, frutado y fresco.
Y de cómo vinos de ésta cosecha, recién venidos al mundo, logran una tanicidad tan apacible, tan tomable. Y según sus palabras, todo producto de un correcto manejo del viñedo. Habrá que creerle.

Terminaron las exposiciones con el muy buen pantallazo que dió Guillermo Barzi de Bodega Canale sobre la posición del vino argentino en el mundo y sus posibilidades de crecimiento comercial.

Y después vino la feria, con la casi totalidad del portfolio de cada bodega abierto para degustar y los enólogos dando vueltas para charlar con los presentes. Sin amontonamientos, con una riquísima mesa de comidas para servirse. Con una muy buena ambientación. Excelente y tranquilo.
Había una mesa especial de la cual un par de conocidos no se separaron que constaba de etiquetas antiguas de cada bodega.
Muy buen evento. Me gustó puntualizar en los talleres porque fueron especialmente instructivos para mi. De todas maneras es seguramente la feria de vinos en la que mejor se come de la ciudad. De eso no tengo dudas. Aplauso y agradecimiento a don Depetris por ocuparse de nuestro bienestar de ésta manera.
Abrazo y salud.
Esta vez no hay fotos, me falló el fotógrafo oficial del blog...


Comentarios