Lagarde de punta a punta.

En la semana del malbec sobran oportunidades de asistir a degustaciones, eventos, charlas, etc. Es la semana que todos organizan una velada ideal en relación al vino.
En medio de la vorágine malbequera me llega un mensaje del Gran Capitan advirtiéndome de una cata que no puedo perderme. En la esquina de Paraguay y Pasco, en Rosario Vinos Exclusivos, Don Fernando Depetris invita a una degustación diferente.
Muchas veces se presentan bodegas. Y esas presentaciones suelen constar de la degustación de entre cuatro y seis botellas. En general de las líneas bajas y medias y con una panorama más o menos general de la misma.
En ésta ocasión, el amigo sommelier nos plantea el desafío de abrir toda la línea completa de Bodega Lagarde.
Es martes 18 de abril de 2017.  Como no ir, verdad?


Bodega Lagarde es un emprendimiento familiar que lleva un apellido:  Pescarmona. La bodega produce desde el año 1897, pero fue adquirida en 1969 por la familia en cuestión. Hoy en día es dirigida por las hermanas Sofía y Lucila y guiadas enológicamente por Juan Roby. Declaran en su página que buscan la innovación sin olvidar la tradición. Algo así es la idea que me llevo después de degustar una buena parte de la línea de la bodega.



Después de haber probado tantos vinos, lo mejor es arrancar por las conclusiones.
Bodega Lagarde tiene una identidad de punta a punta, y eso ya es mucho decir. Desde la entrada de gama de Altas Cumbres al encumbrado Henry Reservado hay una identidad, una idea, una personalidad. Son vinos modernos, sin demasiada concentración, amables, tomables, con buena acidez y fruta, pero a los que no se les va la mano con la frescura, ni se vuelven ásperos de tan ácidos. Se mantienen amables, delicados, elegantes. No vamos a sentir emociones violentas, ni van a pasar desapercibidos. Andan en una delgada cornisa en la que son lo suficientemente personales para dejar una marca, pero sin irse por senderos radicales ni experimentales.
Entran dentro del concepto más o menos actual de "vinos gastronómicos".
Ahora si, vamos a los vinos:
En prolija línea, formados como como alumnos a punto de entrar a su primer día de clase, nos encontramos con una docena de botellas abiertas.
Pero arrancamos con un espumante que estaba fresco.
La rareza de Bodega Lagarde es que cuenta con una champagnera dentro del mismo establecimiento donde produce vinos tranquilos.



En total probamos tres espumantes:
Un frutado y fresco charmat de la línea Altas Cumbres.
Un Extra Brut de la Línea Lagarde de Pinot Noir y Chardonnay producido mediante método Champenoise con una rica paleta aromática que andaba entre las almendras, las levaduras, frutas blancas y miel y con una boca muy fina de acidez punzante y retrogusto a manzanas verdes.
Y para el final el Lagarde Extra Brut 100 % Pinot Noir. Complejo y rico en nariz con aromas a pan tostado levaduras, frutas rojas y algo así como arvejas. y en boca una buenísima estructura elegante y con una acidez bastante punzate que acompaña muy bien.



De la línea Altas Cumbres tomamos dos correctos vinos, un Malbec muy frutado y fresco y un Cabernet Sauvignon con notas de frutillas y pimienta en nariz y una muy buena boca con recuerdos de tomates y dulce de leche. Ambos muy bien en la relación entre precio y calidad.


Pasamos por la línea Lagarde de varietales. Sobre todo me llamó la atención el Syrah 2015 bien negro con aromas a frutas negras como higo y un toque de pimienta negra muy presente. Una buena entrada en boca y fresca y perdurable presencia. A tener en cuenta.


También le gustó a los presentes el Merlot. Muy aromático a pimienta blanca muy fuerte y pimientos rojos asados y mermelada de frutas rojas. En boca entrada dulzona y buena acidez, con la pimienta blanca que todo lo sigue ocupando.
El Malbec es rico en ésta línea fresco, frutado y un poco mentolado. Buena boca fresca.
Y el Cabernet Sauvignon muy aromático a pimientos verdes y notas ahumadas a madera quemada, junto a frutas negras como arándanos. Una buena boca, un poco picante, fresca y con presencia.

Pasamos luego por la línea Guarda, un poco más arriba subiendo la cuesta. Son vinos con mayor concentración y presencia de madera, pero en lineas generales sin exagerar. De la línea "Sister's Selection", referenciando a las hermanas que dirigen la empresa, probamos el Blend con aromas a tomates y pimientas, similar a un "consomé de tomate" al decir de varios de los presentes.



El Cabernet Franc-Malbec de la línea Guarda me gusto con su paleta aromática llena de aceitunas negras y frambuesas, aunque estaba un poco enérgico todavía. Le falta tiempo de reposar en la botella para amansarse.

Tambien de la línea Guarda probamos un Cabernet Franc. con aromas a pimienta y frutas rojas junto a notas de tabaco y chocolate amargo y buenísima estructura fresca en boca.

Pasamos luego a la línea Primeras Viñas, ya casi llegando a la cima. Son vinos mucho más complejos, con mucha más influencia de la madera. Pensados para ganar en estructura y complejidad.


El Malbec con aromas a anis, menta, chocolate amargo y mermelada de ciruela es una belleza para oler y después dejarlo hacer lo suyo al tomarlo, buena frescura y sabrosísimo pasar. Largo y perfumado.
El Cabernet Sauvignon a su vez, se apareció con aromas a arándanos, tabaco, ciruela pasa y medio terroso. Fortachón en la boca, pero sin perder la "tomabilidad" que caracteriza a todos los vinos de Lagarde.


Hasta que finalmente nos encontramos con el encumbrado Henry Gran Guarda N°1 de 2012. en el que me voy a detener porque me gustó mucho. Un vino complejo, oscuro en la copa. Y arranca con su paleta aromática con mermelada de arándanos, muy dulce, pero se va abriendo y empieza a mostrar notas mentoladas y anisadas y tabaco y dulce de leche. Y después algo especiado para volver a ponerse frutado. En boca mezcla una muy buena acidez con una estructura importante y jugosa, como láctica. Muy buena boca para un muy buen vino.

Y después de todo ésto nos dimos una vuelta por la línea de blancos Lagarde.



Empezando por un muy personal Sauvignon Blanc, sin tanta acidez y con aromas muy presentes de pera cocida y madera quemada, con toques herbáceos y una buena presencia en boca.
También probamos un Chardonnay con una acidez punzante y frutada a ananá y peras.
Y un meloso Semillón también punzante en boca con la acidez.
Un interesante Viognier con sabores a manzana verde y medio dulzón, interesante y para tener en cuenta.
Y también probamos un muy floral Rosado de la línea Lagarde que me gustó por su sorpresiva estructura.


Y para finalizar la vuelta al mundo en un rato con Lagarde, nos sorprendimos para bien con el Dolce, un espumante dulce hecho con uvas de Moscato Bianco y método Charmat con un bajísimo nivel de alcohol y aromas a uva verde, durazno y damascos, y dulce y rico en boca. Muy bueno.

Terminamos con felicidad y con una idea de la personalidad de una bodega. Lagarde se toma y se disfruta. Gracias a don Depetris por organizar ésta degustación y seguiremos por los caminos del vino brindando con alegría.
Salud!

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