Vinos de Super. San Felipe (blanco y tinto)



Hoy es viernes y es feriado en Rosario. Festejamos a nuestra Virgen Fundadora. Entonces es viernes feriado y medio lluvioso y se me dió por hacer un vino que trae algun recuerdo del pasado. Fue el vino que busqué  el viernes pasado sin éxito (a expensas y cierto pedido de mi amigo Andres) y ahora me tomé el tiempo de hacer la pesquisa durante la semana. En el mercadito "de acá, a cinco cuadras" lo encontré en sus versiones tinto y blanco y ahí mismo, con un paquete de arroz en la mano se me ocurrió hacer la primer entrada doble de Vinos de Super (vieron que la inspiración nos encuentra  a los artistas allí donde estemos...) Pagué 63 pesos por cada uno de ellos y en mi bolsa ecológica los traje hasta casa para que compartamos éste momento.
Hoy es viernes 7 de Octubre de 2016, día de la Virgen del Rosario (o algo así) y me place presentar a dos botellas muy identificables, clásicas, emblemáticas. Señoras y señores del Vino, hoy con nosotros Los San Felipe de Bodega La Rural en sus versiones tinta y blanca, ambos de las cosechas 2015.
Y como éste es un blog serio arrancamos la cata con el blanco, que es como empieza una cata seria. 


El San Felipe blanco 2015 es un blend, o corte de tres tipos de uvas blancas. Chardonnay, Semillón y Chenin provenientes de Mendoza. No especifica la etiqueta los porcentajes de cada una, así que a lo que ella dice me atengo. Es un vino que en color es bastante amarillo, brillante, no muy transparente. En nariz es muy frutado. Siento ananá a full, junto con toques melosos. Si, como una especie de almíbar de ananá. Algo herbáceo (solo un poquito). Al tomarlo tiene una entrada dulzona, frutada, agradable y bastante untuosa. La acidez está pero no molesta, al contrario, quizás se queda un poco corta. Es bastante largo a su modo y tiene un final un poco amargo y herbáceo que le ponen un cierto asterisco a lo bien que venía. Fresco es ideal para éstas épocas que vienen. Un poco dulzón y frutado para disfrutar anocheceres primaverales va como loco. A su modo también puede acompañar ciertas comidas.
Merece el hielo? Manténgalo frío. Es un blanco un poco rasposo si se calienta. Usted vea. 
Merece el chorro de soda? Noooooooo. Está bien así. 


El tinto es también un corte o blend de tres cepas. Cabernet Sauvignon, Merlot y Malbec provenientes también de Mendoza en proporciones desconocidas para el consumidor que lee la etiqueta. Es rojo rubí bastante concentrado en la copa. En nariz expresa antes que nada pimientos verdes, frescos, parece un cabernet sauvignon varietal. Algo de fruta roja pero muy poco y toques como florales y herbáceos muy sutiles, pero salvajes a su vez. Se siente madera, han usado algo para darle un poco más de cuerpo seguramente, aunque no necesariamente son barricas.  En boca entra derecho y franco, llena la boca dejándo una acidez fresca cuando pasa. Quizás en la boca se sienta un poco el Malbec. Es un poco frutado, pero sin demasiada expresión. Deja un amargor bastante pronunciado al final de todo en la parte alta de la lengua. No está mal. Creo que puede acompañar una tira grasosa y jugosa con total naturalidad. Es franco, fresco y sin demasiadas complicaciones. Tampoco descolla demasiado. hay que ver cuál es el presupuesto y las pretensiones de los que lo van a tomar para decidir finalmente. 
Merece el hielo? Si está fresco está bien. Cuide la temperatura porque caliente se puede poner un poco alcohólico y herbáceo. 
Merece el chorro de soda? Creo que no, depende del gusto del consumidor.


En conclusión. 
Dos vinos muy correctos. Cortes ambos. Por el precio que tienen pueden competir con  otras opciones similares y salir airosas sin dudar. Me gustó más el blanco que el tinto, pero eso ya pasa por mi humilde paladar. 
Y nota aparte para la simpática forma de caramagnola que le da un toque distintivo a la etiqueta, que lo hace inconflundible. 
El recuerdo es del año 1991 más o menos y tres personas de las que todavía hoy en día considero mis más cercanos amigos, compartieron una hermosa anécdota en Granadero Baigorria, a la vera del Río Paraná que me hace sonreir. Para Lorena, Luciano y Laura entonces dedico ésta entrada y la canción que cantamos esa noche agradeciendo al Comandante Guevara por habernos traído ese San Felipe salvador. 


Será hasta la próxima entrada en que seguiremos metiendo las patas en el lodazal de las góndolas de supermercado. 
pd: las fotos florales se dieron así porque salió el sol mientras escribía y aproveché esos minutitos con febo para adornar la entrada. 

Comentarios