La Giostra del Vino. Giuseppe Franceschini en Rosario.

El frío parece estar dejando de a poco nuestra ciudad. Rosario está reverdeciendo lentamente y se va viendo en los rostros menos trágicos de los transeúntes que pasean por el Boulevard Oroño. Es mediodía del 24 de Agosto de 2016 y entro con entusiasmo a la parrilla "El Ancho" porque el muy conocedor y locuaz Federico Scheneidewind me ha honrado en invitarme a una exclusiva degustación junto a lo más reputado del mundo del vino rosarino. Gracias Fede. 


La cata en cuestión se trata de meternos y conocer el mundo de La Giostra del Vino, proyecto mendocino a cargo de Giuseppe Franceschini en la parte enológica y su socio Jacques Hoogeveen en la rama comercial. 
Está con nosotros Giuseppe para hablarnos de los vinos que sueña, piensa y hace en éstas tierras remotas a las que conoció por primera vez en 2004 y en las que se radicó definitivamente en 2007. Ha trabajado en varios proyectos entre el que se encuentra Caellum y de cuyo malbec hablamos con los Digamesommelier hace un tiempo. Además,  lleva adelante éste carrusel del vino buscando calidad sobre todas las cosas. 
Calidad, paciencia, meticulosidad, conocimiento del suelo, experimentación, solvencia técnica, pasión, buen gusto, ideas claras. Todo eso transmite Giuseppe en su castellano con acento italiano y su tono bajo y convincente. Está seguro de lo que hace y lo hace con solvencia. Muy bueno escucharlo y aprender de lo que cuenta. 
El proyecto tiene dos líneas. Arranca con los Bacán (Clásico y Reserva) y sube a las alturas con los Saltimbanco. 
Y comenzamos la cata. 


Empezamos con un blend de blancas. Sí, un corte de uvas blancas para arrancar siempre está bien. De la línea Bacán, el Blanco Clásico 2013. Hecho con uvas Chardonnay de Gualtallary, Sauvignon Blanc de Vistaflores y Torrontés de Agrelo. Aparte que cada uno de las procedencias son importantes por el rol que cumple cada una de ellas en el resultado final. Un blanco complejo. Aparece primero frutado, con aromas a frutas tropicales como el ananá o el durazno blanco o maracuyá que salta enseguida, pero que al rato se abre y aparece la nota un poco verde y salvaje del sauvignon blanc como a pasto cortado, un poco herbáceo, además de sus toques cìtricos y después una ráfaga floral para después volver a ponerse muy frutado y volver a empezar con la rueda. Muy buena nariz y muy interesante. En boca entra punzante como una flecha, con una acidez muy presente y una untuosidad que acompaña. No es tán complejo como en nariz, pero se disfruta y refresca. Muy buen comienzo y ya vamos viendo de qué se trata el asunto. 












Seguimos con una bomba. El Bacán Reserva Sauvignon Blanc 2014, de Vistaflores. Genial. Salvaje y delicado. Verde y frutado. En color es amarillo pálido con tonos verdosos. En nariz se expresa primero herbáceo, con aromas a ruda y a algo así como arvejas, pasto. Pero después aparece el maracuyá y la pera blanca y los cítricos y con toques minerales que le dan una rusticidad singular. En boca es untuoso, con un gran cuerpo por la cepa y explota literalmente al tomarlo. Se siente una frescura frutal exquisita, como si estuviésemos mordiendo un pomelo rosado, un poco dulzón, pero con una acidez muy presente y algo punzante, pero agradable. Es largo, muy largo y con una personalidad buenísima. Lo hace muy versátil para acompañar un montón de opciones culinarias. Un gran vino que me gustó muchísimo. Aplausos para don Giuseppe!


Seguimos con otro Sauvignon Blanc. Esta vez subimos de gama y probamos el Saltimbanco Sauvignon Blanc 2015. Este es de El Peral, diferente zona y diferente expresión del varietal. Es menos "gritón" que el anterior. Hay que tenerle más paciencia, porque está más retenido, es más delicado y sutil. Pomelo y mineralidad en nariz, junto a notas cítricas como lima, limón y cáscara de naranja. En boca es muy ácido y expresa frutas frescas junto a una gran untuosidad. Es muy jóven y tiene un montón para dar en el futuro. Otro gran vino que seguramente con el tiempo irá desarrollándose mucho más. 


Cerramos la ronda de blancos haciendo una experiencia singular. Decantado se encuentra la versión 2011 del Bacán Sauvignon Blanc Reserva. El color ya es otro, ha virado hacia un cobrizo más oscuro. En nariz aparecen notas dulzonas, como la miel junto a aromas cítricos, como si  fuese una mermelada de naranjas y notas lácteas de la madera, además de algunas frutas secas. En boca es dulzón, cascaras de naranja o pomelo en aromas de boca. Tiene una acidez vibrante que acompaña la evolución de manera sutil. Es largo y equilibrado. Exquisito también y muy esclarecedor de hacia donde va aquel vino que tomamos hace unos minutos y tanto me gustó. 


Giuseppe es reconocido como un gran hacedor de vinos blancos. Ha logrado grandes puntuaciones por sus productos en éstos años. Pero no solo de blancos vive el enólogo, así que también hace vinos tintos que pasamos a degustar a continuación. 


Arrancamos con el Bacán Malbec Clásico 2012. Violáceo y bastante concentrado. Fruta, fruta y más fruta en nariz. Toques lácticos de la madera. Fruta fresca, ciruelas. En boca una acidez bastante presente y un cuerpo importante para la gama que ocupa en el mercado. Bastante largo y con un dejo de amargor que le da una complejidad interesante. Buen vino el primer malbec de la tarde. Sorprende lo vivo y vibrante que está a pesar de los años pasados. 



Seguimos con el Bacán Reserva Malbec 2013. Este es frutado tambien, pero aparte de las frutas rojas tiene frutas negras como arándanos, y toques florales. todo con acompañamiento de aromas ahumados. En boca es intenso y fuerte. Ingreso un poco dulzón, una acidez mucho más controlada y algo especiado en boca. Es largo y generoso. Debe acompañar perfecto cualquier clase de carnes rojas y preparados varios que pidan un compañero musculoso a la hora de maridar. Igual aparte de musculoso es elegante y nada rústico. Aplausos también. 



Reeditamos la experiencia del paso atrás en el tiempo y terminamos la degustación con el Bacán Reserva Malbec, pero ésta vez en su versión 2010. Cuenta Giuseppe que hay un cambio en la forma de elaboración. Específicamente en las barricas utilizadas. El vino en sí expresa en nariz más frutas rojas, ciruelas cocidas, como mermeladas y tonos mentolados y a eucaliptus muy presentes, mucho más que en su hermano menor. La evolución va haciendo lo suyo pero mantiene una vivacidad intensa y frescura muy presente en una acidez que está pero no molesta. Aparte toques dulzones en boca que lo hacen rico, dulzón, tomable, fresco y mentolado, todo al mismo tiempo. Gran vino, gran evolución, grandes alegrías!


Terminamos y nos vamos por el Boulevard satisfechos de conocer a éste italiano que ha tomado a la Argentina y Mendoza como su segundo hogar y nos gratifica con lo que hace en sus vinos. 
Seguiremos yendo por las catas y las bodegas describiendo vinos a rolete, que es lo que más me divierte. Abrazo y Salud. 








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