Diez años no es nada. Cata a ciegas 2006

Es día del padre por la noche, es decir es la noche del padre. Hace frío en la ciudad. Hoy domingo 19 de Junio de 2016 tenemos función reservada de Catas de Garage. La temática parece incierta pero no lo es. Los vinófilos adherentes a la ascendente cofradía de Hermanados por el Vino nos unimos en un mismo esfuerzo para degustar vinos del año 2006. Hubo una hace un tiempo de 2005 a la que no pude concurrir. Hoy se sigue con la saludable costumbre.
El Sommelier del Pueblo Gustavo Tomasoni nos abre las puertas del espacio que seguramente se irá transformando de a poco en templo del vino. Hay asado que preparará con paciencia y destreza el cañadense Mauro Ludueña. Tenemos presencia de tres distinguidos sommeliers de la ciudad, los Sres. Damián Ajubita, Jorge Oggero y Cristian Arias. Además los muy conocedores Damian Vettorello y Nacho Vega. Y por supuesto el Gran Capitan Kaller.
Hoy tenemos una perla para abrir la velada. Hoy es domingo 19 de Junio de 2016, son alrededor de las 21.30 horas y documento de ésta manera porque lo he de recordar. Hoy es la primera vez que llega a mi copa un Krug Grande Cuveé. Este fue embotellado en 2011 segùn reza casi escondido el corcho.
Krug es una de las productoras de Champagne más reconocidas del mundo. Si hay una marca destacada es ésta. Se fundó en 1843 en Reims, corazón  de la Champagne. Hizo de la calidad su marca. Hoy en día forma parte del omnímodo grupo empresarial LVMH (Louis Voiton Moett Hennessy), una especie de monopolio mundial del divertimento, cumpliendo la función de ser la rama más alta, la que produce mayor calidad en espumantes. Su producto emblema es el antedicho Krugg Grande Cuvee Brut. Un espumante que es resultado del "assamblage" o mezcla de más de 120 vinos provenientes de muchísimas añadas diferentes, siendo la más antigua de 15 años anteriores a su embotellado.


Ya al abrirlo nos encontramos con un champagne enorme. Muy poquita burbujita, muy delicada, dato más o menos irrelevante. En nariz es un festival de levaduras, pan tostado, frutos secos y lima y demases notas cítricas muy frescas. En boca es fínísimo, delicado, con una complejidad muy estilizada. Fresquísima acidez que contienen esas notas de lima y persistencia agradable que deja un gustito como a frutos secos y cáscara de limón.


Después hicimos la cata a ciegas de los 2006. La idea era llevar una botella por persona, de algún vino que tuviésemos guardado o que encontráramos por ahí. No es más que una selección, pero fue interesante para ver la evolución de ciertas etiquetas.
Abrimos la sesión con el Luiggi Bosca Gala I en botella magnum. No formó parte de la cata a ciegas, pero se mostró intacto y riquísimo.


Una selecta selección de vinos al que el paso de los años ha hecho muy bien. En general la conclusión es que no hubo decepciones. Hubo elecciones por el gusto y ciertos elementos destacables. Otra es que con el paso del tiempo de abiertos, ciertos vinos a los que no dábamos mucha importancia al probarlos, se fueron poniendo mucho mejores y arrancaron aplausos de la concurrencia. La importancia del decantado.
Y elegimos a tres de todos éstos, pero sin desestimar a ninguno.
El que más gustó fue el  Carinae Malbec Gran Reserva 2006, hoy con otra etiqueta pero con la misma calidad. Destacado por todos por su buena evolución, un carácter varietal que está presente en sus notas florales. Un vino que se ha desarrollado en gran forma y que llena de emoción.


Otro destacado fue el biodinámico Doña Silvina Malbec Reserva 2006. Hizo dudar a los presentes sobre el varietal. Parecía Cabernet Sauvignon. Con una muy buena evolución, se notan las notas terciarias como animales. Bien redondo en boca, una fineza de vino.


Tercero destacado el Patron Santiago Gran Reserva 2006.Elegancia y con acidez delicada todavía presente. Una nariz expresiva y evolución evidente. Muy bueno.


Pensándolo un poco, me doy cuenta de que los tres seleccionados tienen un perfil de bodega que va con la evolución. El Patrón Santiago, vinos hecho a la antigua, El toque griego del Doña Silvina y su búsqueda de la vitivinicultura tradicional y los Carinae y sus vinos al estilo afrancesado, siempre con su toque de brett definitivamente fueron pensados para evolucionar. No han fallado.
De todas maneras cada uno de los otros tenía su toque especial. Todos disfrutables. Todos muy recomendables. El poder todavía intacto del vinazo que es el Pequeñas Producciones Cabernet Sauvignon. La delicadeza del Nomade Malbec. El tradicional Tempranillo Q que nunca falla, el Lurton que parecía que no al principio, pero que al final se la bancó muy bien. Lo aromàtico del Jofre, La sorpresa sudafricana del Glen Carlou, que cuando se abrió se hizo un vino increíble.
Y la noche terminó de whisky. El caminante se fué por el camino de las especias y nos tomamos unas medidas de un Johnie Walker Explorers Club Colection. Un lujo.


Catas de Garage recién empieza. El futuro se muestra promisorio. Allá Vamos.


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