Diario de Viaje. Dia 4. Cruzat.

Es jueves y vuelve a amanecer encapotado el cielo de la lluviosa Mendoza. Recuerdos de Londres surcan el cielo cuyano. Eso de la tierra del sol y del buen vino queda solo en el vino..
Hoy nos espera otro día de sinuosas catas, de secretos por descubrir, de copas por beber.
Hoy es jueves 12 de Noviembre de 2015, subimos a la combi de la felicidad con rumbo cierto a Pedriel, en Luján de Cuyo, a la casa de don Pedro Rosell. Hoy vamos a Cruzat!
Para quien no lo conoce, Pedro Rosell es un monumento vivo de las burbujas argentinas. Es el referente de los espumantes. Todos o casi todos han aprendido de él. Es como escuchar a la historia misma del desarrollo del champán argentino.


Es más, pasó durante el viaje que al llegar a la parte de espumantes, en las diferentes bodegas al decirles que habíamos estado con don Pedro, directamente decían "si estuvieron con don Pedro, esto ya lo saben".
Ampliaremos más adelante, pero nos espera la emoción al final de la visita.
Cruzat es una bodega que nació en 2004 de capitales chilenos y bajo la dirección del Enólogo Pedro Rosell. Está dedicada 100 % a la producción de espumantes de alta gama. Nada de vinos tranquilos ni líneas bajas. Todo calidad.
La visita se retrasa unos minutos hasta la llegada del anfitrión. Lo vemos descender de un autmóvil de alquiles con dos bandejas envueltas en sendos repasadores. Nos pide disculpas por la demora y refiere que tuvo un inconveniente de tránsito en los días anteriores y que tiene el auto en el chapista. Al parecer viniendo de ver una finca en un camino secundario se le cruzó una vaca. Al intentar esquivarla el auto se salió del camino y terminó en la cuneta con la correspondiente rotura del tren delantero y otras delicias de la ingeniería automotriz. Por si hace falta aclararlo, don Pedro cuenta más de 80 años a su juvenil vida.
La visita es un espectáculo guionado perfectamente por el maestro Empezamos en el exterior viendo las modernas maquinas que sumó la empresa en los últimos tiempos.
Seguimos en medio de extraños tanques muy altos y de diámetro más pequeño del que venimos viendo. Dice que fueron diseñados especialmente para las necesidades de su producción. Tomamos de tanque un chardonnay de la cosecha 2015 y su equivalente de 2014 para entender como va desarrollandose el vino aún antes de embotellarse. Muy buena experiencia.
Luego nos hace probar de tanque también, dos diferentes Pinot Noir 2015 de primera y de segunda prensada. La difererncia en lo herbáceo,, algo así como una cosa barrosa y verde es notoria en el segundo que evidentemente no se usará.

Vamos deconstruyendo el espumante, algo así como lo que habiamos hecho en chandon. La diferencia está, desde luego, en el volúmen de producción mucho menor y en la calidad, mucho mayor.
Al final de la cata de tanque nos da a probar el corte 75% chardonnay y 25% pinot noir que lleva dos años en el tanque, está a punto de embotellarse y que usará en la línea cuvee. Todavía mantiene una acidez profunda. La botella y las levaduras terminarán de aplacarlo y hacerlo lo que debe ser.
Terminada la cata de tanques descendemos al centro de todo. Allí abajo está la cava donde descansan en pupitres las botellas. En medio de eso don Pedro despliega todo su carisma y conocimiento. De las levaduras a cuestiones del mercado. De qué se trata el licor de expedición a las dificultades de la estiva en sus botellas. Es para escucharlo sin parar durante días.
Y por último viene la degustación y la emoción.
Nos enteramos allí que las bandejas que vimos bajar del remise hace unas horas son dos preparaciones hechas por el propio enólogo para nosotros.
La primera es una tarta sala de camarones. Pide disculpas porque la tarde anterior anduvo buscando paltas para terminar la preparación, pero no consiguió buenas. Lo disculpamos, como no!
Maridamos con el espumante Nature de la línea Cuveé de Cruzat. Va como loco. Buenísimo espumante de 60% oubit biur t 40% de chardonnay. Buena estructura y frescura. Una acidez por demás de agradable y complejidad frutal-pan tostado en nariz muy interesante.

Despues probammos de la misma línea el Extra Brut Cuveé Cruzat de 70% pinot noir y 30% chardonnay.  El mismo que habíamos probado de tanque, dos años despues de estar en botella. Muy bueno.

Despuès probamos de la línea Cruzat Clásico un Nature muy fresco y frutado. Nos explica Rosell una especie de maceración carbónica que no es tal, al que somete a la uva previo a fermentar que consiste en envolver las uvas en papel film durante un tiempo previo a comenzar la fermentación. Esto le da un carácter frutado muy especial y fresco. Muy bien.

Para lo último y como para acompañar el postre tambien preparado por Pedro, probamos un Extra Brut tambien de la línea Clásico de Cruzat. .
La idea de que el procer de los espumantes argentinos nos haya cocinado él mismo hace surgir la emoción que casi brota en lágrimas.
Gracias don Pedro por su energía, su vitalidad y los increíbles espumantes que hace.
En la combi de la felicidad seguimos nuestro viaje.
Continuará.

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