Presentación en Rosario de Alyda Van Salentien

Se avecinan seis o siete días de lluvia y frío en el litoral santafesino. Rosario siempre estuvo cerca, hoy estamos cada vez más cerca del resfrío.
Recibo invitación cordial vía virtual para presentarme a la presentación de la línea nueva de espumantes de Bodega Salentein, así que no puedo negarme. Es en la Ciudad Autónoma de Fishertown, allí donde dobla Wilde, en el Salón Villa Ana. Topetitud. Hay Dress Code, por lo que me calzo mi corbata que va cayendo de a poco en desuetudo por esas cosas de las modas varoniles impuestas desde laboratorios sociológicos.


Pero todas éstas cosas no importan demasiado. Lo importante es el espumante. Hoy se presenta ante distinguido público profesional del vino la nueva línea de espumosos de una de las bodegas con mayor cuidado por la calidad en Argentina. De capitales holandeses y afincada en Valle de Uco, Salentein se impone a fuerza de calidad, buen precio y prestigio en las góndolas patrias.
Alyda Van Salentein nació en Holanda en 1872 y con su desprejuicio y buena onda impuso una marca en el castillo de su papá, el Barón de Salentien donde se dedicó a la buena vida y a festejar lo bello del existir. La bodega rescata su historia y la evoca en la etiqueta de su nuevo espumante que busca encontrar un lugar en el target de alta gama de las burbujas argentinas. Hoy tomamos con ganas el Alyda Van Salentein Prestige Cuveé Brut Nature, de reciente presentación en sociedad.
Antes de hablar del vino, me gustaría resaltar la copa con la que nos lo presentan. Copa novedosa para mí, que esquiva el diseño de la noventosa copa flauta y presenta un diseño mucho más cómodo para beber y especial para los vinos espumosos. Bien por Salentein que no deja escapar un detalle al momento de beber sus vinos.
Volviendo al Alyda, es un vino espumante que está compuesto de las tres cepas tradicionales de la Champagne. Pinot Noir, Chardonnay y Pinot Meunier corren por sus venas, todas de fincas propias de Valle de Uco. Además, dato que para mí es importantísimo. Se han utilizado cepas de levaduras especiales y seleccionadas del terruño y cultivadas especialmente para elaborar éste vino. Por otro lado parece que el licor de expedición es una delicadeza secreta que añade su toque de distinción. Por información que me llega de la bodega fue producido mediante el método Charmat en tanques donde tuvo una crianza de 12 meses en sus borras. Es elaborado con dos añadas diferentes de vinos, una jóven que aportaría frescura y fruta y una más evolucionada que aportaría cuerpo y riqueza. De todo ésto sale un vino que puesto en la copa de la que me voy enamorando poco a poco, resulta un espumante fresco, frutado. con notas delicadas en nariz a levaduras, pan tostado, algunas frutas blancas, pero sobre todo me detengo en una nota floral que me resulta a la vez sorpresiva y expresiva. En boca tiene una acidez bastante presente, pero no demasiado punzante. No hay recuerdos cítricos, mas bien es amable, tomable, fresco y delicado. La delicadeza quizás sea su característica principal. No trae consigo emociones demasiado fuertes. Mas bien hay que dejarse llevar por su docilidad y su frescura. Como todo depende del precio, será el consumidor el que termine definiendo si un espumante de su rango merece  eso que vale. Me parece que está muy bien, que su frescura y delicadeza bien valen una botellita y un brindis y que a Salentein siempre hay que prestarle atención.
Comimos muy bien esas ricuras que se sirven en bandeja y se comen con las manos. La pasamos bárbaro y conocimos  a Alyda y su historia. Mas no se puede pedir. Vuelvo contento a casa bajo la molesta llovizna que me vuelve a la realidad.
Pienso en los espumantes, la complejidad del vino y siempre termino en las levaduras. TOC le llaman algunos. Yo prefiero pensar en un nuevo brindis para la próxima.
Salud y gracias a la gente de Salentein por la invitación. Prometo para la próxima no llevar corbata.

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