Vertical Septima Gran Reserva. Nace catas de garage.

Una de las mejores cosas que me ha dado el mundo del vino es la amistad del Sommelier del Pueblo. Gustavo Tomasoni ha tuneado su garage y lo ha convertido en templo del vino. Hoy es Viernes 10 de Junio de 2016 y ha nacido Catas de Garage.
Y en la inauguración no se anduvo con chiquitas. Ideo junto con los amigos de Hermandos por el Vino (cierta cofradía en ciernes que seguramente va a dar qué hablar) una cata vertical de una etiqueta importante. Porque sí, y porque es una gran vino, hoy vamos a ver como se fue desarrollando en el tiempo el Séptima Gran Reserva entre las añadas 2005 y 2013. Un vino que ha sido emblema de la bodega Septima y que ahora tenemos ganas de conocer en profundidad.


Las añadas fueron apareciendo. Los más antiguos fueron aportados por el Gran Capitan Kaller (algún día saquearemos su ropero). Otras ya estaban. Hubo un proceso arduo de búsqueda de la añada 2008. Todas las vinerías de Rosario fueron consultadas y nada. El amigo Jorge Mori Rossi fue el encargado de cerrar el círculo y terminó consiguiéndola en San Nicolás. Así fue entonces como se armó el asunto.

Bodega Septima pertenece a un grupo internacional y tiene su base en Agrelo, Luján de Cuyo. Al pie de la Cordillera va creciendo año a año y va tomando un lugar importante en la primera del mundo del vino. La propia bodega define a ésta etiqueta como la que marca el carácter y la personalidad de todas las demás. Fruta fresca y madura, complejo y amigable dice la página web. Veremos.
Dice el gran gurú Moreno que hacer catas verticales sirve para dos cosas. Para ver como evoluciona un vino, si es que siempre es elaborado de la misma manera. Y la segunda, para ver cómo evoluciona el estilo de una bodega con el correr de los años, con los cambios en la forma de hacer un vino. Adelantándome a las conclusiones, hoy vamos a ver las dos cosas.
Gustavo se comunicó con Paula Borgo, la enóloga encargada de la bodega. Le facilitó un muy interesante cuadro comparativo con las cosechas y principales características de las añadas y una pequeña reseña de cada vendimia. Una perlita de Catas de Garage que hace la diferencia.
Describir vino a vino sería fatigoso y poco productivo me parece. Lo mejor es contar la experiencia y las líneas generales que se fueron tirando.


Empezamos con la añada 2005.y en un bloque que llegó hasta el 2007 encontramos el mismo estilo de vino. Como se trata de un blend que contiene Malbec, Cabernet Sauvignon y Tannat en diferentes procentajes, el juego de los varietales se va haciendo evidente año a año. De todas maneras la línea que se veía tirada era de un blend complejo, que buscaba justamente esa complejidad. Especias, ahumados, notas un poco ácidas como tomate, mentolados. El juego con la acidez y cierta tanicidad todavía presente a pesar del paso de los años, lo convertían en un vino de guarda. El tannat estaba presente, el cabernet aportando sus notas especiadas. Tanto que el malbec y sus taninos dulces parecían un poco escondidos. Un vinazo que a fuerza de músculo y una buscada complejidad lo hacía un vino difícil pero disfrutable sin dudas y muy bueno. La añada 2005 y 2007 sobre todo llamaron la atención de los presentes.


Después encontramos una segunda tanda que mostró cierta incertidumbre, o falta de definición. 2008 y 2009 nos mostraron la transición hacia otra cosa. Por una lado parecían seguir la línea anterior, pero por otro se fueron dulcificando, haciéndose más amables.
Algo andaban buscando. Coinciden esos años con el cambio en el orígen de las uvas utilizadas. De sumar porciones provenientes de Valle de Uco, ahora pasan a utilizar la propias de las fincas de Agrelo. El paso hacia la siguiente forma se da en éstos años con la fórmula de utilización de barricas y que ahora el vino se estaciona 18 meses en roble en vez de 12. Es la etapa media donde se intenta rediseñar la etiqueta para llegar a otros rumbos.


Y así entramos al tercer bloque. La propia enóloga anota que buscan vinos más frutados. Y así es. A partir de la añada 2010 a la 2013 tenemos la sensación de estar tomando el mismo vino. Si hasta la etiqueta han rediseñado. Con algunas diferencias producto de la evolución natural, ahora el Septima Gran Reserva se ha convertido en un vino muy frutado, con taninos dulces y amables. Muy tomable, de una calidada indiscutida, pero dejando de lado cierta complejidad que traía en sus inicios.


Comimos y compartimos en éste lugar que seguramente Gustavo sabrá convertir en verdadero punto de encuentro de los amantes del vino. Yo voy a estar seguro.



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