Bodega Piedra Negra en Catalunya

Hacía bastante que no escribía sobre una cata en vinería. 
Los caminos de la vida me han llevado a alejarme un poco de las raices mismas de éste blog. Un mensaje suelto del amigo Nacho Vega en alguno de esos chat de wassap de los que uno forma parte, volvió a encender el entusiasmo y presto y pronto me dirigí a escuchar a Thibault Lapoutre hablar sobre su trabajo en Bodega Piedra Negra en Catalunya Vins i Sabors, (sucursal centro) en una fría nochecita de principios de Septiembre de 2019.


Bodega Piedra Negra es una perlita imperdible del mundo del vino argentino. Vinos muy prolijos, ricos, elegantes. Gran evolución en sus líneas altas y buena RCP en las bajas. Está casi todo bien lo que viene de la Bodega que hasta 2008 llevaba el apellido de su dueño y lleva a Chacayes como bandera para mostrar al mundo. 
Blancos impetuosos y expresivos. Tintos elegantes, bien trabajados, complejos. 
Será objeto de una nota posterior, pero es para destacar también cómo se comportó la nueva añada del Gran Malbec de Piedra Negra en la última Premium Tasting de Mendoza de la que tuve la suerte de participar. 
Recibimos gustosos algunas de las novedades de éste año y escuchamos atentos la charla muy rica en datos técnicos y anécdotas del enólogo frances, argentinizado y afincado en Chacras de Coria desde hace casi una década. 
Y mientras calentábamos motores y la gente se iba acomodando en sus lugares, recibimos la primer primicia de la noche. Probamos el Piedra Negra Viognier 2016. Vino completamente fermentado en barricas, de una cepa que normalmente formaba parte del vino blanco de corte de la bodega, pero que éste año se independizó. Un vino de aromas muy dulzones. A damascos en almíbar, a frutas dulces, a manteca. Le sentí como un toquecito a manzana verde también. En boca untuoso, dulzón, casi empalagoso. Con el vecino de mesa comentábamos que quizás no es hubiese estado mal probarlo al final de la cata. Es lo más parecido a un vino de postre que uno pueda pensar sin ser un vino dulce. 


El segundo fué otro blanco, pero no es una novedad. Probamos la añada 2016 del Piedra Negra Corte Friuiliano. Un blanco de corte con base en la cepa Tocai Friuliano en su gran mayoría con aportes menores de Sauvignon Blanc, Viognier y Chardonnay. En nariz hace recordar a un SB, en su perfil quizás más herbáceo, con recuerdos a ruda. Frutas frescas como ananá o pera. En boca muy rica acidez frutada acompañada con una untuosidad mantecosa que le da un largo pasar por boca y una riquísima experiencia, sumado a un apenas amargor que le da una complejidad excelente. Muy buen vino, goloso y fresco. 


El paso a los tintos se dió con otra novedad. Aparece éste año la versión 2019 del Vuelá Malbec. Un vino en el que no se han utilizado sulfitos para su elaboración. Hubo un rato de charla técnica del enólogo sobre cómo equilibrar el proceso de fermentación con la utilización de cierto tipo de levaduras y evitar los defectos que puede dejar la ausencia de sulfitos en el vino. Y aparte de ayudar a la salud, la no utilización de sulfitos, según el enólogo, potencia el carácter frutal del resultante. 
El resultado es un vino fresco, vivo, vibrante. Con una acidez presente, pero para nada invasiva. Un tanino acariciador y una elegancia sorprendente para un vino que lleva unos escasos meses dentro de la botella.  Es una brisa fresca, después de los dos blancos ampulosos que probamos con anterioridad. 


Como dije antes, Chacayes es bandera en la comunicación de la Bodega Piedra Negra. Hace de su lugar en el mundo una forma de explicar sus vinos. 
Entonces, qué mejor, que probar L'Espirit de Chacayes en su versión de la añada 2017. Como primera característica, es un vino que no tiene paso por roble. Es decír que expresa plenamente la fruta que sale del particular terruño. Por otro lado, es un vino de corte entre nuestra conocida Malbec en un 70 % y un 30 % de Cot, que no es más que la versión europea de nuestra cepa nacional, pero que en su versión del Viejo Continente es más fiera, áspera y rugosa. El resultado es un vinazo. Con aromas a fruta roja fresca, recuerdos como ahumados y un tono especiado muy particular. En boca una muy buena acidez, directo y punzante y con una redondez muy disfrutable. 



Y entonces llegó el plato fuerte de la noche. Probamos el Bodega Piedra Negra Gran Malbec 2014. Malbecazo. Vino fermentado en barrica. Vino que tiene la misma conformación en porcentajes de Cot y Malbec que el vino anterior. Vino que tiene uva proveniente 100 % de la finca propia de Chacayes. Vino que en nariz se muestra un poco austero. Quizás la temperatura, quizás que no se ha abierto todavía, quizás que sea así nomas. La cuestión es que al beberlo la rompe. Un vinazo con una acidez fresca y un tanino redondo. Untuoso, elegante, entrada firme con una acidez presente, una muy buena estructura, fuerte y con delicadeza. Buena persistencia, un final algo amarguito que le da una buena complejidad. Dan ganas de tomarlo todo el tiempo. Excelente. 


El siguiente fue el Gran Lurton Corte Argentino Single Vineyard 2013.Que la añada no engañe. Increíblemente nos pareció que el vino estaba demasiado jóven todavía. Con una electricidad fiera y una rugosidad intensa. Complejo, evidentemente. Gran concentración sin dudas. Un par de años más de añejamiento le vendrían excelente a éste vino que probamos. Corte de Cabernet Sauvignon en un 85 % y Malbec, en una de esas se merecía un decanter que lo apacigüe, prometo probarlo en la próxima botella que me cruce en el camino del vino. 


Y entonces llegamos a la cima en la gama de Bodega Piedra Negra. Probamos el Chacayes 2014. Otra vez nos encontramos con el maridaje entre Malbec y Cot, éste vez en un 50 % por lado. Han salido de 2 cuarteles especiales que tienen la característica diferencial que cuentan con una densidad extrema de plantas de 20.000 por hectárea. La razón es que las plantas al estar tan juntas una de otra, generan un stress especial que hacen concentrar aún más la fruta que dan . Este tipo de plantación genera que deba cosecharse mucho antes que los demás cuarteles. 
El vino en sí tiene mucho tanino, fuerte y consistente. Tiene una acidez natural excepcional. Se sienten toques anisados y especiados. Casi no hay fruta a la vista. 
En boca es de una enorme estructura acompañado por una acidez que lo hace más fluído. Está un poco musculoso todavía. Creo que tiene un gran porvenir por delante. 


Y para confirmar lo dicho anteriormente, Catalunya nos deleitó con la sorpresa de tomar el mismo vino en su cosecha 2008. 
Y sin dudas que el tiempo ha redondeado a éste vino hasta hacerlo una delicia. En boca se sienten recuerdos de tabaco y chocolate. Cafe torrado, té negro. Complejo. Tiene notas a clavo de olor y té negro en nariz que después se vuelven más chocolatosas y después nos recuerdan a la madera en notas lácticas. A todo ésto mantiene después de 11 años una acidez bastante fluída. Un grandioso vino para cerrar la noche, chocando las copas con los amigos del vino y disfrutando una picada excelente. 

Me vuelvo a casa con una botella del Gran Malbec de Piedra Negra en el asiento del acompañante pensando en que tengo que prestarle mucha más atención. La elegancia y la pulcritud de sus vinos son de un altísimo nivel. 

Nos seguiremos cruzando por los caminos del vino, será hasta la próxima. 

 






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