Entrerriando con el Capitán. Vinos de Entre Rios II. Bodega Vulliez Sermet, Colón.

Salimos al mediodía de Paraná, tomando la ruta 18 rumbo a Concordia. La idea era cruzar a Salto, pero un mensaje aciago truncó nuestros planes a medio camino. En las cercanías de Villaguay, con el sol rajando la tierra y casi sin señal de celular, debíamos rearmar el itinerario.
Llamé con pocas esperanzas al teléfono de contacto que tenía de la bodega Vulliez Sermet. Habíamos concertado la visita para el día posterior. Me atendió una voz femenina que después supe que era la de María Jesus Vulliez, quien con mucha amabilidad aceptó adelantar un día la cita concertada.
Con nuevo rumbo trazado, giramos abruptamente a la derecha cual Dukes de Hazzard en Villaguay y tomamos rumbo directo a la localidad de Colón, Entre Rios.


Anochecía en Colón cuando nos recibió María Jesus, hija de Jesus Vulliez quien en 2003 retomó  el sueño  de producir vinos en la Provincia de Entre Rios.
Cuenta la historia que sus abuelos producían vinos en las cercanías de Colón hasta la llegada de la prohibición en los años 30 del siglo 20 y que siempre fué un sueño familiar volver a las fuentes. Finalmente con la nueva legislación de fines de los noventa, el sueño pudo materializarse y después de adquirir el viejo edificio dónde se encuentra actualmente la bodega, se empezó a construir desde los cimientos Vulliez Sermet.
La finca tiene implantadas unas tres hectáreas de viñedos con las variedades Malbec, Merlot, Cabernet Sauvignon Tannat, Chardonnay y Pinot Meunier.  alrededor de la bodega que está en la entrada de Colón y que cuenta además, con cabañas para alojamiento de turistas. Además cuentan con otra finca de otras tres hectáreas en las cercanías.
El entorno es bello. La vieja construcción de piedra de principios del siglo XX, levantada por un suizo que se dedicaba a la producción de vinos, tiene una cava subterránea muy interesante con algunas piletas en desuso y donde se estacionan los vinos ya embotellados, y un amplio salón dónde se hacen las degustaciones y eventos, como recitales de música clásica o cenas especiales.
Pero lo que más llama la atención es la bodega en sí. Con capacidad total para producir unos 200.000 litros anuales. Con piletas de hormigón y tanques de acero inoxidable. Con buena tecnología y muy cuidada higiene, aquí se producen unos 60.000 litros por año de vinos.
Ante la pregunta de cómo llegan a ese número con tan pocas hectáreas de viñedos propios, nos desayunamos con que reciben la uva de una cantidad importante de productores de la zona, que dejan su producto y reciben el vino embotellado unos meses después. Estos productores nucleados en la Asociación de Vitivinicultores de Entre Rios (AVER), juntan una cantidad importante de hectáreas implantadas y uvas listas para producir vinos.
Con ayuda en la enología de profesionales uruguayos, van encontrando de a poco la personalidad del vino entrerriano. Dando pasos seguros y saltando las dificultades propias de toda empresa nueva. Un gustazo encontrarnos con la Bodega Vulliez Sermet y sus vinos, que pasamos a degustar:


Arrancamos muy bien con un blanco. El Vulliez Sermet Cahardonnay-Viognier 2016 es riquísimo. Buena expresión aromática, mezcla duraznos blancos y miel. Fresco y vivaz en boca con una entrada dulzona y una buena presencia con acidez importante pero no molesta. Una muy buena experiencia en blancos entrerrianos. Nos aclara María Jesus que el Viognier lo consiguen de uno de los productores que les entregan uvas para hacer sus vinos.


Pasando a los tintos nos enfrentamos al Vulliez Sermet Reserve Merlot 2015. Con un llamativo color rojo rubí muy brillante. Aromas a ciruelas bien frescas y un poco terroso. En boca bien frutado y fresco. Bastante punzante en su agradable acidez y poca estructura, con una puntita carbónica que lo hace más vivaz. Rico.


Degustamos también el Vulliez Sermet Tannat 2015. Con un color más oscuro y concentrado. Frutas negras en nariz, algo así como un higo. Buena estructura y algo tánico. Buena expresión de la cepa que es reina en Uruguay.
Luego probamos el Vulliez Sermet Malbec 2016. Buena nariz, un poco mentolada y mineral. Muy tomable y fresco en boca. Muy rico y con una delicada fineza en su simpleza.
Estos dos últimos sin etiquetar, de botellas preparadas para las degustaciones en las visitas guiadas.


Finalmente tomamos el Vulliez Sermet Cuatro Variedades. Un corte de Malbec, Cabernet Sauvignon, Merlot y Tannat de 2015. Le sentimos aromas a cuero y fruta negra. Quizás un dátil dice el Capitán. Abriéndose aparecen notas delicadas a mentol y té negro. Buena estructura, se siente un poco la madera y una acidez importante. Buen vino.
Pensamos en una identidad compartida por todos los vinos. Sale a la luz el tema del maridaje y es muy interesante pensar éstos vinos tintos sin tanta estructura como acompañantes ideales de los peces de río que tan ricos salen en la zona.
La idea de que cada zona tenga sus propios vinos que compartan y acompañen con las comidas típicas del lugar es muy interesante para desarrollar.
Terminada la degustación charlamos un rato sobre el futuro de la bodega. Su actividad paralela en el turismo. Hacen visitas guiadas todos los días y es un ingreso importante, ya que Colón es una ciudad que recibe gran afluencia de turistas durante todo el año.
Muy interesante experiencia conocer ésta bodega.








En la ruta nuevamente,  vamos sacando conclusiones con el Capitán y nos imaginamos un lugar importante de los vinos entrerrianos en un mundo del vino que busca vinos bebibles, simpleza, fruta fresca y baja concentración. Para quien guste de éste tipo de vinos, son una buena posibilidad de explorar nuevas regiones.
Animense amantes de las novedades, los vinos entrerrianos están buenos y son diferentes.
Agradecemos la hospitalidad de María Jesus y la bodega Vulliez Sermet. Estaremos atentos a su evolución y les deseamos lo mejor para sus vinos.




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