Venimos de una primera nota sobre los talleres sucedidos en Premium Tasting Mendoza 2018 AQUI
Tomamos un poco de aire con un break de una hora más o menos que pudimos utilizar para comer algo y departir sobre lo ocurrido en los intensos talleres de la mañana.
Parece poco, pero es difícil procesar tanta información en tan poco tiempo. Ayuda cruzar palabras y pensamientos con los que estan con uno en esos momentos.
A las 16:00 horas puntuales nos apersonamos en la entrada del salón designado, porque adentro estábamos a punto de ser testigos de una lucha de titanes (obvio, en sentido figurado, éstos titanes más bien se complementan y ayudan en vez de luchar):
Bajo el título de "Sentido del Lugar", nos sentamos y vimos subir al ring a dos personalidades que son la cara visible de dos poderosos jugadores en el tablero del vino argentino. Sebastian Zuccardi y Alejandro Vigil, codo a codo, se dispusieron a charlar un rato sobre las diferencias y coincidencias de algunos terruños muy particulares en los que ambos trabajan y de los que sacan vinos con una expresión característica de los mismos.
Mostraron mapas y fotos ilustrativas de las diferencias de suelos entre las zonas, con eje en Valle de Uco y puntualizando sobre Altamira, Gualtallary, San Pablo y Los Chacayes, algunas de las zonas en auge en éstos años.
Aparecieron fotos muy ilustrativas sobre la composición específica de cada uno de los suelos, formas de rocas, más o menos composición de arena o arcilla o presencia de restos calcáreos. Todo muy instructivo para seguir aprendiendo. Apareció el tema de la mineralidad y la presencia de carbonato de calcio en el resultado final del vino que uno toma y, como siempre no se llegó a una conclusión determinante.
Mucha información y calidad para comunicar que irá decantando con el tiempo en el conocimiento de los que presenciamos la charla.
Pero a mí lo que más me gusta es hablar de vinos, así que vamos de a poco viendo los que ilustraron el taller que entre paréntesis, fueron una bomba.
La mecánica es ir probando vinos de uno y otro hacedor y de cada una de las zonas sucesivamente.
Arrancamos con dos blancos que me parecieron de lo mejor que tomé en blancos durante todo el fin de semana:
Seba Zuccardi presentó el Zuccardi Fosil 2016. hecho en base a la cepa Chardonnay proveniente de San Pablo. Es de los vinos más sorprendentes del evento. Fresco, con aromas a pera y ananá, pero cruzado con un recuerdo mineral y un algo cítrico que lo hace muy complejo. En boca tiene una acidez fresca, punzante pero sedosa, con recuerdos a duraznos blancos y un toquecito áspero y energizante. Buenísimo vino blanco, de esos que levantan el ánimo cuando uno los prueba.
Ale Vigil respondió con otro gran vino blanco. Probamos el Adrianna Vineyards White Bones Vino de Parcela Chardonnay 2015. Arrancó un poquitín herbáceo y salvaje en nariz, algo floral también. Un recuerdo mentolado por ahí que lo hace más fresco. Toques minerales y una fruta blanca bien fresca, como pera. En boca entra punzante con una acidez un poco indómita, pero se comporta acariciador y con buen volúmen, algo "mantecoso". Fino, intenso, un poco salvaje. Vinazo.
Y de ahí a Gualtallary, (o Gualta o Tupungato Alto como algunos se vieron obligados a renombrar su procedencia por cuestiones legales y de apropiación de un nombre que, por lo menos es dudosa).
De esa zona probamos un vino de 100 puntos. El Gran Enemigo Single Vineyard Gualtallary Cabernet Franc 2013, nada menos, y con don Luis Gutierrez entre el público, el encargado de puntuarlo para la guía Wine Advocate de Robert Parker de éste año.
Evidentemente es un gran vino. Fresco, de aromas más bien mentolados y algo salvajes. Recuerdos a tabaco y algo así como chocolate. Toquecitos especiados. Tiene algo de fruta, pero muy poca. En boca entra bien en punta, pero es abrazador y fino. Enorme estructura y una promesa de que en unos años va a estar muchísimo mejor.
Por el lado de Seba Zuccardi, probamos el Zuccardi Aluvional Gualta Tupungato Alto 2015. Es fresco también, con recuerdos minerales y especiados. Jarilla nombra para definir ese aroma. Es una planta que esta muy presente en la zona y que según el enólogo se puede oler en el aire. En boca el vino es muy directo, con acidez punzante y sin demasiados pliegues. Muy buena estructura y vibrante de tanta juventud.
De Gualta nos vamos a Los Chacayes, otra de las zonas en boga que van apareciendo como las nuevas estrellas del vino argentino.
Arrancamos con el Gran Enemigo Los Chacayes Single Vineyard Cabernet Franc 2013. Es fresco, es especiado. Siento aromas a tomillo y a pimienta blanca. Es muy expresivo en nariz. En boca tiene recuerdos a fruta roja y una frescura expresiva y seductora. Mucho músculo y bien torneado, con elegancia.
Personalmente me gustó más que su hermano de 100 puntos, pero no es más que una visión de éste humilde bloguero.
De la misma zona probamos el Zuccardi Aluvional Los Chacayes 2015. Aromas a fruta negra, como ciruelas frescas y tomillo. buena acidez, exquisito tanino redondo y fresco. Deja un recuerdo mentolado en boca que da para tomarse la botella entera. Buenísimo vino, también directo y franco a pesar de la concentración y el evidente paso por madera.
La última parada de éste pequeño viaje por las alturas del Valle de Uco la hacemos en Altamira.
Por un lado probamos el Catena Zapata Nicasia Vineyard Malbec La Consulta 2014. Un vino más "redondo" que los que venimos tomando. Más untuoso y con la madera más a flor de piel. Aromas a mermeladas de fruta roja, té negro, tabaco, canela y chocolate amargo. Un toquecito apenas de brett que lo hace un poco más complejo. En boca se siente una fruta roja bien fresca y una untuosidad acariciadora, mantecosa, casi masticable.
Finalmente le entramos al Zuccardi Aluvional Paraje Altamira 2015. Aromas bien frescos a anís y un poquitín mentolados. Frutas rojas delicadas terminan una muy rica paleta aromática que a la vez se presenta austera. En boca es directo con su acidez en punta, pero manteniendo una elegancia sobria. Está un poco tánico todavía. Unos años en botella van a terminar de redondear éste vinazo.
Cierro con una reflexión de Hector Riquelme, que ayudó en la coordinación del taller desde el estrado, en una particular metáfora comparando a Gualtallary y Altamira con dos hermanas muy parecidas, muy seria y arreglada Altamira, más alocada Gualtallary.
Una buena imágen del amigo trasandino para entender y "bajar a la tierra" todo lo rico y conceptual que resultó el taller a cargo de Sebastian Zuccardi y Alejandro Vigil. Otro lujo que uno se da en la Premium Tasting 2018.
El segundo taller de la tarde fue más de concepto que de cata, por lo menos para mi.
"Mas allá de la etiqueta, el concepto del vino" por José Bahamonde, el encargado de diseñar muchas de las más llamativas, rupturistas y novedosas etiquetas que engalanan las góndolas argentinas.
Explicó cómo maneja conceptos, como desarrolla su trabajo y nos introdujo a todo otro mundo que tamibién forma parte del Mundo del Vino.
Con paticipación de enólogos y hácedores que charlaron sobre sus proyectos, probamos los siguientes vinos, de los cuales, sepan disculpar, no transcribo nota de cata.
Finalizamos el día con otro taller especial para curiosos y gente ávida de nuevos conocimientos enológicos.
"Nuevas zonas vitivinícolas", nada que agregar al respecto.
Arrancamos con otro prócer de la vid hablando de un pequeño proyecto de un gigante de la industria. Bodegas Trapiche ha apostado al vino oceánico hace unos años, con su etiqueta Costa & Pampa, a pocos kilómetros del mar en Chapadmalal, apenas a pasitos de Mar del Plata, tierra de alfajores, teatro de revista veraniego y pulloveres coloridos.
Alli el frío y el clima marítimo le dan su particular perfil a los vinos de Costa & Pampa, en su mayoría blancos y con una muy buena calidad según mi personal experiencia.
Especialmente probamos el Costa & Pampa Albariño 2017. Con aromas salinos y a manzana verde bien frescos. Toquecitos herbáceos. En boca acidez bien fresca y recuerdos muy presentes a la manzana verde. "Salado" es la sensación que deja en boca al tomarlo. Muy rico y fresco vino oceánico que suma otra voz al coro polifónico del vino argentino.
De la costa oceánica saltamos a la Quebrada de Humahuaca de la mano de la experiencia que tuvo Lucas Niven haciendo un vino en lo más al norte que alguien pueda ir dentro de la Argentina. Es muy simpático al habla y condimenta con varios chistes su experiencia. El vino en sí se llama Un Corte en la Quebrada Sauvignon Blanc 2018. Con aromas a pera o ananá y madera quemada. Rico en boca, fresco y dulzón. Se deja tomar fácil, aunque se queda un poco corto. Sin demasiadas vueltas, es un vino correcto, que dada las circunstancias en las que fue elaborado está para saludar con un brindis.
Y después directo al Valle de la Carrera en Tupungato nuevamente de la mano de Matias Michelini y su Clima Límite La Loma Pinot Noir 2016. Un vino que se presenta bastante herbáceo y terroso. En boca tiene una acidez punzante y recuerdos dulzones como a frutillas. No dice mucho más.
Volvimos a Córdoba, de nuevo al Valle de Traslasierra para probar el Esperando los Vientos Corte de Tintas 2017 de una finca orgánica y bioinámica. Lo presenta German Masera, uno de los impulsores. Se siente el uso de maderas alternativas, no tiene demasiada expresión. Un vino tranquilo, un poco rasposo.
El Valle de Uspallata está enclavado en el llamado Cordón de Plata, que divide la precordillera de la Cordillera de los Andes. Está entre los 1900 y 2500 metros de altura. De allí viene a presentarnos el Estancia Uspallata Malbec 2016 Don Jeff Mausbach. Con recuerdos a frutas negras y un poquitín floral, apenitas. En boca directo, punzante, con un tanino muy vino aún y los recuerdos de su paso por madera aún todavía muy vívidos.
Finalizamos con otro vino de lo más alto de Mendoza, en el Valle del Challao, en Las Heras. Plena Precordillera y gran pendiente en medio de las rocas antiquísimas de las montañas. Allí hay viñedos a unos 1600 metros de altura en sistema de vaso y de ahí sale el Malbec con el que se produce el Matervini. Piedras Viejas. Malbec 2016. Un vino directo. Toques minerales y de fruta negra. Gran acidez en boca acompañado con la untuosidad de su paso por madera. Se sienten recuerdos a frutas y férrea frescura musculosa. Evidentemente en algunos años terminará de redondearse. Veremos que pasa oportunamente.
Terminamos con un cerrado aplauso para Nico Alemás y Alejandro Kohn que son los organizadores de todo ésto bueno que nos pasó en los dos días de Premium Tasting Mendoza. Aprendimos, degustamos, discutimos, disfrutamos. No hay nada más que agradecer y descansar para el otro día, que va a ser la cata y será intensa.
CONTINUARÁ.
Tomamos un poco de aire con un break de una hora más o menos que pudimos utilizar para comer algo y departir sobre lo ocurrido en los intensos talleres de la mañana.
Parece poco, pero es difícil procesar tanta información en tan poco tiempo. Ayuda cruzar palabras y pensamientos con los que estan con uno en esos momentos.
A las 16:00 horas puntuales nos apersonamos en la entrada del salón designado, porque adentro estábamos a punto de ser testigos de una lucha de titanes (obvio, en sentido figurado, éstos titanes más bien se complementan y ayudan en vez de luchar):
Bajo el título de "Sentido del Lugar", nos sentamos y vimos subir al ring a dos personalidades que son la cara visible de dos poderosos jugadores en el tablero del vino argentino. Sebastian Zuccardi y Alejandro Vigil, codo a codo, se dispusieron a charlar un rato sobre las diferencias y coincidencias de algunos terruños muy particulares en los que ambos trabajan y de los que sacan vinos con una expresión característica de los mismos.
Mostraron mapas y fotos ilustrativas de las diferencias de suelos entre las zonas, con eje en Valle de Uco y puntualizando sobre Altamira, Gualtallary, San Pablo y Los Chacayes, algunas de las zonas en auge en éstos años.
Aparecieron fotos muy ilustrativas sobre la composición específica de cada uno de los suelos, formas de rocas, más o menos composición de arena o arcilla o presencia de restos calcáreos. Todo muy instructivo para seguir aprendiendo. Apareció el tema de la mineralidad y la presencia de carbonato de calcio en el resultado final del vino que uno toma y, como siempre no se llegó a una conclusión determinante.
Mucha información y calidad para comunicar que irá decantando con el tiempo en el conocimiento de los que presenciamos la charla.
Pero a mí lo que más me gusta es hablar de vinos, así que vamos de a poco viendo los que ilustraron el taller que entre paréntesis, fueron una bomba.
La mecánica es ir probando vinos de uno y otro hacedor y de cada una de las zonas sucesivamente.
Arrancamos con dos blancos que me parecieron de lo mejor que tomé en blancos durante todo el fin de semana:
Seba Zuccardi presentó el Zuccardi Fosil 2016. hecho en base a la cepa Chardonnay proveniente de San Pablo. Es de los vinos más sorprendentes del evento. Fresco, con aromas a pera y ananá, pero cruzado con un recuerdo mineral y un algo cítrico que lo hace muy complejo. En boca tiene una acidez fresca, punzante pero sedosa, con recuerdos a duraznos blancos y un toquecito áspero y energizante. Buenísimo vino blanco, de esos que levantan el ánimo cuando uno los prueba.
Ale Vigil respondió con otro gran vino blanco. Probamos el Adrianna Vineyards White Bones Vino de Parcela Chardonnay 2015. Arrancó un poquitín herbáceo y salvaje en nariz, algo floral también. Un recuerdo mentolado por ahí que lo hace más fresco. Toques minerales y una fruta blanca bien fresca, como pera. En boca entra punzante con una acidez un poco indómita, pero se comporta acariciador y con buen volúmen, algo "mantecoso". Fino, intenso, un poco salvaje. Vinazo.
Y de ahí a Gualtallary, (o Gualta o Tupungato Alto como algunos se vieron obligados a renombrar su procedencia por cuestiones legales y de apropiación de un nombre que, por lo menos es dudosa).
De esa zona probamos un vino de 100 puntos. El Gran Enemigo Single Vineyard Gualtallary Cabernet Franc 2013, nada menos, y con don Luis Gutierrez entre el público, el encargado de puntuarlo para la guía Wine Advocate de Robert Parker de éste año.
Evidentemente es un gran vino. Fresco, de aromas más bien mentolados y algo salvajes. Recuerdos a tabaco y algo así como chocolate. Toquecitos especiados. Tiene algo de fruta, pero muy poca. En boca entra bien en punta, pero es abrazador y fino. Enorme estructura y una promesa de que en unos años va a estar muchísimo mejor.
Por el lado de Seba Zuccardi, probamos el Zuccardi Aluvional Gualta Tupungato Alto 2015. Es fresco también, con recuerdos minerales y especiados. Jarilla nombra para definir ese aroma. Es una planta que esta muy presente en la zona y que según el enólogo se puede oler en el aire. En boca el vino es muy directo, con acidez punzante y sin demasiados pliegues. Muy buena estructura y vibrante de tanta juventud.
De Gualta nos vamos a Los Chacayes, otra de las zonas en boga que van apareciendo como las nuevas estrellas del vino argentino.
Arrancamos con el Gran Enemigo Los Chacayes Single Vineyard Cabernet Franc 2013. Es fresco, es especiado. Siento aromas a tomillo y a pimienta blanca. Es muy expresivo en nariz. En boca tiene recuerdos a fruta roja y una frescura expresiva y seductora. Mucho músculo y bien torneado, con elegancia.
Personalmente me gustó más que su hermano de 100 puntos, pero no es más que una visión de éste humilde bloguero.
De la misma zona probamos el Zuccardi Aluvional Los Chacayes 2015. Aromas a fruta negra, como ciruelas frescas y tomillo. buena acidez, exquisito tanino redondo y fresco. Deja un recuerdo mentolado en boca que da para tomarse la botella entera. Buenísimo vino, también directo y franco a pesar de la concentración y el evidente paso por madera.
La última parada de éste pequeño viaje por las alturas del Valle de Uco la hacemos en Altamira.
Por un lado probamos el Catena Zapata Nicasia Vineyard Malbec La Consulta 2014. Un vino más "redondo" que los que venimos tomando. Más untuoso y con la madera más a flor de piel. Aromas a mermeladas de fruta roja, té negro, tabaco, canela y chocolate amargo. Un toquecito apenas de brett que lo hace un poco más complejo. En boca se siente una fruta roja bien fresca y una untuosidad acariciadora, mantecosa, casi masticable.
Finalmente le entramos al Zuccardi Aluvional Paraje Altamira 2015. Aromas bien frescos a anís y un poquitín mentolados. Frutas rojas delicadas terminan una muy rica paleta aromática que a la vez se presenta austera. En boca es directo con su acidez en punta, pero manteniendo una elegancia sobria. Está un poco tánico todavía. Unos años en botella van a terminar de redondear éste vinazo.
Cierro con una reflexión de Hector Riquelme, que ayudó en la coordinación del taller desde el estrado, en una particular metáfora comparando a Gualtallary y Altamira con dos hermanas muy parecidas, muy seria y arreglada Altamira, más alocada Gualtallary.
Una buena imágen del amigo trasandino para entender y "bajar a la tierra" todo lo rico y conceptual que resultó el taller a cargo de Sebastian Zuccardi y Alejandro Vigil. Otro lujo que uno se da en la Premium Tasting 2018.
El segundo taller de la tarde fue más de concepto que de cata, por lo menos para mi.
"Mas allá de la etiqueta, el concepto del vino" por José Bahamonde, el encargado de diseñar muchas de las más llamativas, rupturistas y novedosas etiquetas que engalanan las góndolas argentinas.
Explicó cómo maneja conceptos, como desarrolla su trabajo y nos introdujo a todo otro mundo que tamibién forma parte del Mundo del Vino.
Con paticipación de enólogos y hácedores que charlaron sobre sus proyectos, probamos los siguientes vinos, de los cuales, sepan disculpar, no transcribo nota de cata.
El Temible Lanzacuchillos Corte Especial de El Equilibrista Wines
Buscado Vivo o Muerto San Jorge Altamira
El Sensacional Equilibrista Malbec 2016 de El Equilibrista Wines
Octava Alta del Proyecto Abremundos
Bucado Vivo o Muerto El Indio El Cepillo 2015
Lorenzo Lo Divino Malbec 2014
Octava Superior del Proyecto Abremundos
Lorenzo Lo Sagrado Malbec 2014
Finalizamos el día con otro taller especial para curiosos y gente ávida de nuevos conocimientos enológicos.
"Nuevas zonas vitivinícolas", nada que agregar al respecto.
Arrancamos con otro prócer de la vid hablando de un pequeño proyecto de un gigante de la industria. Bodegas Trapiche ha apostado al vino oceánico hace unos años, con su etiqueta Costa & Pampa, a pocos kilómetros del mar en Chapadmalal, apenas a pasitos de Mar del Plata, tierra de alfajores, teatro de revista veraniego y pulloveres coloridos.
Alli el frío y el clima marítimo le dan su particular perfil a los vinos de Costa & Pampa, en su mayoría blancos y con una muy buena calidad según mi personal experiencia.
Especialmente probamos el Costa & Pampa Albariño 2017. Con aromas salinos y a manzana verde bien frescos. Toquecitos herbáceos. En boca acidez bien fresca y recuerdos muy presentes a la manzana verde. "Salado" es la sensación que deja en boca al tomarlo. Muy rico y fresco vino oceánico que suma otra voz al coro polifónico del vino argentino.
De la costa oceánica saltamos a la Quebrada de Humahuaca de la mano de la experiencia que tuvo Lucas Niven haciendo un vino en lo más al norte que alguien pueda ir dentro de la Argentina. Es muy simpático al habla y condimenta con varios chistes su experiencia. El vino en sí se llama Un Corte en la Quebrada Sauvignon Blanc 2018. Con aromas a pera o ananá y madera quemada. Rico en boca, fresco y dulzón. Se deja tomar fácil, aunque se queda un poco corto. Sin demasiadas vueltas, es un vino correcto, que dada las circunstancias en las que fue elaborado está para saludar con un brindis.
Y después directo al Valle de la Carrera en Tupungato nuevamente de la mano de Matias Michelini y su Clima Límite La Loma Pinot Noir 2016. Un vino que se presenta bastante herbáceo y terroso. En boca tiene una acidez punzante y recuerdos dulzones como a frutillas. No dice mucho más.
Volvimos a Córdoba, de nuevo al Valle de Traslasierra para probar el Esperando los Vientos Corte de Tintas 2017 de una finca orgánica y bioinámica. Lo presenta German Masera, uno de los impulsores. Se siente el uso de maderas alternativas, no tiene demasiada expresión. Un vino tranquilo, un poco rasposo.
El Valle de Uspallata está enclavado en el llamado Cordón de Plata, que divide la precordillera de la Cordillera de los Andes. Está entre los 1900 y 2500 metros de altura. De allí viene a presentarnos el Estancia Uspallata Malbec 2016 Don Jeff Mausbach. Con recuerdos a frutas negras y un poquitín floral, apenitas. En boca directo, punzante, con un tanino muy vino aún y los recuerdos de su paso por madera aún todavía muy vívidos.
Finalizamos con otro vino de lo más alto de Mendoza, en el Valle del Challao, en Las Heras. Plena Precordillera y gran pendiente en medio de las rocas antiquísimas de las montañas. Allí hay viñedos a unos 1600 metros de altura en sistema de vaso y de ahí sale el Malbec con el que se produce el Matervini. Piedras Viejas. Malbec 2016. Un vino directo. Toques minerales y de fruta negra. Gran acidez en boca acompañado con la untuosidad de su paso por madera. Se sienten recuerdos a frutas y férrea frescura musculosa. Evidentemente en algunos años terminará de redondearse. Veremos que pasa oportunamente.
Terminamos con un cerrado aplauso para Nico Alemás y Alejandro Kohn que son los organizadores de todo ésto bueno que nos pasó en los dos días de Premium Tasting Mendoza. Aprendimos, degustamos, discutimos, disfrutamos. No hay nada más que agradecer y descansar para el otro día, que va a ser la cata y será intensa.
CONTINUARÁ.
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